La división entre los candidatos presidenciales alerta sobre el riesgo de ruptura en el PRI mexicano

El experimento de la democracia interna en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) de México podría llegar a tener un alto coste: la ruptura, una amenaza de la que hablan los propios priístas pero que también es vista como parte de la escenografía de la política nacional. La guerra propagandística que enfrenta a Francisco Labastida y Roberto Madrazo, los dos principales aspirantes, sería la raíz de la división que aflora después del debate sostenido por los "cuatro fantásticos" precandidatos a la candidatura presidencial del PRI.

Labastida reveló que recientemente tuvo una reunión privada con Madrazo en la que le advirtió: "Roberto, date cuenta de que lo que estás generando va a ser una división en el PRI". Guiado a lo largo de su historia de poder por la disciplina, el Partido Revolucionario Institucional tiembla ante la independencia de sus hombres, ya que Labastida ha afirmado que no puede "dejar al infinito los ataques por preocuparme de la unidad del partido. Sin lugar a dudas, el partido tiene que estar unido, pero, si no queremos que el PRI se separe, todos tenemos que contribuir".

Madrazo no habla de fractura priísta ni divisionismo, pero da muestras de que éste existe y lo denuncia. "Sabemos que van a fabricar expendientes y crear realidades para atacarme y tratar de frenarme, pero estamos preparados para responder cualquier ataque... No estoy pensando en negociar mi posición, estoy decidido a ganarla [la contienda electoral] y estoy luchando para eso".

El ex ministro del Interior mexicano y hombre con gran experiencia en el manejo de la seguridad nacional, Fernando Gutiérrez Barrios, es el encargado del proceso interno priísta. Gutiérrez Barrios aseguró que, "por convicción", descarta que pueda dividirse el partido. "Lo que necesitamos es que nuestros militantes y simpatizantes sean conscientes de que habrá un solo triunfador, lo cual no implica que los que no ganen, junto con sus corrientes, queden excluidos de participar en la política". Sin más explicaciones, Gutiérrez Barrios cierra técnicamente el paso a la amenaza de grietas en el PRI con la oferta de participación para todos los contrincantes. Sin embargo, Humberto Roque Villanueva, que también busca la candidatura, cree que se "se está corriendo el riesgo de una fractura si no se pone a tiempo un correctivo", y remata: "Si por Madrazo y Labastida fuera, la fractura ya existe".

El antropólogo Roger Bartra declaró al diario Reforma que "la pugna no parece indicar, por el momento, una ruptura del priísmo. Saqué la impresión de que se trata de un enfrentamiento entre las corrientes dentro del PRI. Por supuesto, se trata de una situación nueva; las cosas se pueden torcer. Sin embargo, los políticos del Gobierno quieren presentar una imagen dramática para tratar de convencer a la gente de que se trata de un ejercicio democrático importante".

En ese escenario, los partidos Acción Nacional (PAN, conservador) y de la Revolución Democrática (PRD, centro-izquierda) no acaban de eliminar sus diferencias, y eso detiene la construcción de una gran alianza ante las elecciones presidenciales del 2000, que, según las encuestas, podría derrotar al PRI. Las direcciones panista y perredista afirman que trabajan y no dejarán la mesa de negociaciones, a pesar de que sus candidatos, Vicente Fox, del PAN, y Cuauhtémoc Cárdenas, del PRD, han comenzado también una serie de ataques personales que parecen alejar la posibilidd de crear una coalición.