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Entrevista:

MANUEL GONZÁLEZ ESCALADOR "Para subir al Everest hace falta tener muy buen carácter"

Andalucía Everest 2000, la expedición que dirige Manuel González (San Pedro de Alcántara, Málaga, 1965) tiene un objetivo alto y claro: subir al Everest en el año 2000. Y con esta idea en la cabeza -y algo de vino y de aceite de oliva en los petates-, sus diez componentes salieron ayer hacia Nepal, para hacer los preparativos. Se ocuparán de los trámites legales, encargarán comida, combustible y oxígeno para el mes de marzo, escalarán dos sietemiles, se familiarizarán con las condiciones de la montaña y se conocerán mejor. Que parece ser lo más importante. González insiste en que el éxito de la iniciativa depende de la cohesión del grupo. Pregunta. ¿Qué hace falta para formar parte de esta expedición? Respuesta. La selección se hizo atendiendo a tres criterios: el currículo deportivo de los aspirantes, su estado físico y su capacidad de integración. Pasaron una prueba de esfuerzo y una entrevista personal que fue decisiva. Porque para subir al Everest hay que tener buen carácter, ser moldeable. Vamos a convivir durante tres meses en condiciones muy duras; puede saltar una chispa, provocar un incendio y dar al traste con el proyecto. P. ¿Cómo se organiza el ascenso? R. Se establece un campamento base al pie de la montaña, a 5.400 metros. Allí se transportan las provisiones y el material, que pesan casi 6.000 kilos. Luego se van poniendo campamentos en altura, que tienen dos utilidades: sirven para darte apoyo en el ascenso y para ayudarte a aclimatarte a la altura. En eso se tarda cerca de un mes, un mes de estar subiendo y bajando constantemente hasta que el cuerpo se hace a la falta de oxígeno, al frío... P. ¿Qué problemas pueden encontrarse? R. Problemas técnicos, dificultades médicas... Aun en buenas condiciones se pierde mucho peso, se desgasta uno, porque el esfuerzo es muy intenso y no se come ni se duerme lo suficiente. También hay riesgo de congelación. Y luego están los peligros objetivos: avalanchas, desprendimientos, tempestades... Lo peor que puede pasarte es que te sorprenda una tormenta de envergadura por encima de los 8.000 metros. A esa altitud los cambios meteorológicos son muy bruscos. Es una zona crítica, mortal. P. Pues, ¿por qué quieren hacerlo? R. No lo sé. Es verdad que hay mucho riesgo, pero igual te puedes morir en la N-340. Yo llevo casi 20 años haciendo montaña, esta es la sexta vez que voy al Nepal, y no tengo una explicación clara. Las montañas está ahí para eso, para escalarlas. Te impulsa el afán de superación personal. P. Pida un deseo. R. Estar en el campamento cuatro del Everest, a 8.000 metros, en una noche muy clara de luna y estrellas, con una temperatura de 20 grados bajo cero. No, no es frío; es excelente. Y que al día siguiente luzca un sol radiante.

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