Redstone, un 'viejo' emperador

Hace un par de años se empezó a decir en el mundo de la comunicación estadounidense que Sumner Redstone era "demasiado viejo" para dirigir una gran empresa multimedia en estos tiempos de competencia feroz y grandes operaciones de compra y fusiones. Ahora Redstone, de 76 años, emerge como la figura en ascenso en ese mundo, el líder del segundo gigante planetario en materia de información y espectáculo. Paramount, fundada en 1912 y productora de clásicos como Los Diez Mandamientos y El Padrino, ha obtenido últimamente espectaculares éxitos de taquilla con The Truman Show y Saving Private Ryan y con su participación en Titanic. Blockbuster, por iniciativa de Redstone, ha conseguido que funcione la fórmula por la cual las empresas cinematográficas le dejan los vídeos de películas a precios casi nulos, a cambio de participaciones en los ingresos por alquiler. Michael Eisner, el patrón de Walt Disney, fue el primero en la propuesta de Redstone.

Abogado de formación por la universidad de Harvard, Redstone sirvió en los servicios de inteligencia militar durante la II Guerra Mundial y comenzó su carrera como ayudante de fiscal y luego como miembro de un prestigioso bufete de Washington. En 1954 se incorporó al consejo de National Amusement, una compañía propietaria de numerosas salas de cine. Con el tiempo se convirtió en presidente de National Amusement, matriz de Viacom.

Redstone es uno de esos multimillonarios norteamericanos implicado en numerosas actividades filantrópicas, en particular las promovidas por la comunidad judía. En 1998 recibió el premio anual de la Conferencia Nacional de Cristianos y Judíos. Se lo entregó Barry Diller, que había sido su frustrado rival en la compra de Paramount. En el acto, Diller bromeó: "Bueno, no vamos a seguir enfadados por una pelea de 1.000 millones de dólares". Al recibir la placa, Redstone le replicó: "La verdad es que yo hubiera preferido recibir un cheque de 2.000 millones de dólares, que es lo que me costó de veras Paramount".