Un testigo sorpresa fuerza a la Fiscalía de Alicante a reabrir el caso de la desaparecida Gloria Martínez
Una carta de un supuesto testigo que ha llegado a manos de la Fiscalía de Alicante va a propiciar la reapertura del caso de Gloria Martínez, la joven que desapareció misteriosamente de una clínica psiquiátrica de L"Alfàs del Pi (Marina Baixa), en octubre de 1992, cuando contaba 17 años. Fuentes del ministerio público confirmaron ayer que un testigo sorpresa, del que no ha trascendido la identidad, asegura en la misiva haber visto cómo sacaban a la joven de la casa de una de las enfermeras de la clínica, en la calle de La Cruz de la localidad de Tibi (L"Alcoià). La Fiscalía ha decidido investigar la versión de este testigo. El fiscal jefe, José Antonio Romero, declaró que cuando tomó las riendas del departamento en sustitución del primer investigador del caso, Ricard Cabedo, se entrevistó con los padres de la joven, Álvaro Martínez e Isabel Ruiz, y realizó gestiones para que el asunto no se archivara definitivamente en el juzgado, objetivo que no consiguió. Ahora, ante la aparición del testigo sorpresa, "la Fiscalía tiene obligación de investigar esa versión, y lo va ha hacer", dijo ayer Romero, quien no precisó la fórmula jurídica que empleará para retomar un caso judicialmente archivado. Gloria Martínez desapareció durante la madrugada del 30 de octubre de 1992, pocas horas después de que, acompañada por sus padres, cruzara el umbral de la clínica psiquiátrica Torres de San Luis. El ingreso se realizó por recomendación del médico que atendía a Gloria, para superar una depresión agravada por un cuadro clínico de insomnio. A las 1.30 horas de ese día arrancó el misterio. Los responsables de la clínica, clausurada poco después de los hechos, informaron que Gloria burló a sus cuidadoras y emprendió una veloz carrera por los jardines del establecimiento, saltó con agilidad un muro de metro y medio de altura y escapó. Las investigaciones del caso constataron que a la joven le habían administrado potentes sedantes y que fue atada en la cama de pies y manos. ¿Pudo en ese estado escapar y saltar la valla que circundaba el recinto? La dirección de la clínica sostuvo en los tribunales que así fue. Los padres, que aún mantienen la esperanza de hallar con vida a su hija, lo dudan.
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