Venganzas surreales

NEGRITASLa Giraldilla de mentirijilla ganó la carrera de obstáculos de control y obtuvo la medalla de hojalata. En consonancia, el gobierno de Jordi Pujol estudia vetar la lidia de Giraldillas en su Cataluña natal, donde por lo visto está prohibido el maltrato de animales en los espectáculos públicos. Enterado de ello, el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, ha reaccionado pidiendo un aplauso diferencial para las fuerzas de seguridad por lo bien que lo han hecho y un cachete de plata para los organizadores por permitir que Siempre Así, ese equipo de porteros que cantan mucho, tuviese que bregar con tres morlacos al mismo tiempo. Monteseirín, contra su inveterada costumbre, no dijo nada sobre sí. Ni siquiera si le gusta más la ópera con toro, con Giraldilla o con Maurice Green. La hazaña deportiva, en cualquier caso, mereció un "notable" del consejero de Turismo y Deportes, José Núñez, que estudia prohibir que se toree a Pujol en justa correspondencia. La diputada del PSOE Amparo Rubiales debería reflexionar sobre la idoneidad de pedir la comparecencia del ministro Jaime Mayor Oreja para que aclare con urgencia por qué Salvador Távora tiene que mutilar su ópera de atletas y cornetas y Victorio y Lucchino tienen que mutilarse a sí mismos. José Víctor Rodríguez y José Luis del Corral se llamarán, a partir de ahora y temporalmente, Destino Sevilla sobre la pasarela, que no es igual de pegadizo que sus anteriores motes italianizados, pero les evitará sustos judiciales mientras no se ventile su pleito con la empresa catalana Puig. El viernes citaron a la prensa para jurar en público amor eterno a Sevilla y agradecer su fidelidad al igual que el rey Alfonso X, autor del diseño más famoso y extendido por la ciudad desde que las tropas andalucistas de Alejandro Rojas-Marcos desempolvaron de olvido el jeroglífico que comparte siglas con un noticiero de triste recuerdo, en el que un señor bajito siempre estaba inaugurando pantanos. Algunos episodios podrían evitarse con una coyunda vengativa bien urdida. Pongamos. Victorio y Lucchino diseñan una Giraldilla lidiable para ser rejoneada en Barcelona durante la ópera de Távora. Así, Joaquim Molins se aguanta su veto, Azur se traga a sus ex socios y la mascota de Sevilla 99 no tiene que compartir protagonismo con sucedáneas abertzales. Todo ello sin temor: total el demonio ya está vencido. TEREIXA CONSTENLA