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Trabajadores de Tabacalera en Málaga protestan contra el cierre de la planta y abuchean a Villalobos La alcaldesa promete defender "a muerte" los empleos y vuelve a ofrecer suelo a la empresa

Más de 500 personas se echaron ayer por la mañana a la calle para expresar su rechazo al cierre de la fábrica de Tabacalera y exigir que Málaga no se convierta en un desierto industrial. A la manifestación -apoyada por UGT, CC OO, CGT, CNT, PSOE, IU, PA y Nueva Izquierda- no asistió ningún dirigente del PP. Por la tarde, unos 150 manifestantes abuchearon a la alcaldesa a las puertas del Palacio de los Deportes, inaugurado ayer. Celia Villalobos aguantó el chaparrón y les prometió que defenderá "a muerte" los puestos de trabajo.

"Celia, mójate; defiende a tu pueblo, estos son tus votos", le increparon a su llegada a las instalaciones deportivas. El cerco que policías nacionales y locales habían hecho a su alrededor no sirvió de mucho y Villalobos tuvo que soportar los iracundos reproches de los trabajadores. La respuesta de la alcaldesa fue inmediata: insistió en que el Ayuntamiento está dispuesto a regalar suelo para un nuevo emplazamiento de la fábrica y a gestionar ayudas europeas, si la planta se mantiene en Málaga. "Si se quedan, facilidades, todas; si se van, tendrán un enemigo, la alcaldesa", amenazó. La promesa no alejó a los manifestantes, que esperaron la llegada del presidente de la Junta. Manuel Chaves se comprometió a recibirlos esta semana y a rechazar cualquier reducción de plantilla. Los manifestantes hicieron ayer horas extraordinarias. Por la mañana, más de medio millar realizó una marcha contra el cierre. "Donde está, no se ve, la alcaldesa del PP", reprochaban sus cánticos. Para poner en evidencia su ausencia, un par de trabajadoras de la factoría colocó a la cabeza de la marcha una silueta de Villalobos hecha de madera con un cartel que rezaba: "No al cierre de Tabacalera". Al final de la concentración, en la puerta del Ayuntamiento, hubo manifestantes que pisotearon su imagen, mientras la multitud pedía: "Más trabajo, menos Feria". Por la tarde, la alcaldesa afirmó que invitó a los representantes de UGT y CCOO que subieran a su despacho, pero que rehusaron su oferta. Los sindicatos consideraron "una inmoralidad" que una empresa que el año pasado obtuvo en toda España unos beneficios de 20.000 millones, incrementados en un 29% en el primer semestre de 1999, cierre ocho centros de trabajo, entre ellos el de Málaga. CCOO reclamó al Gobierno central rechace el expediente de regulación de empleo que acabará con 158 puestos de trabajo en Málaga. Tanto las centrales sindicales como las fuerzas políticas que apoyaron la manifestación centraron sus críticas en la ausencia de los dirigentes del Partido Popular. "El PP vende su silencio a cambio del edificio y de los terrenos", criticó la concejal de IU, Cristina Ruiz. El manifiesto del comité de empresa expresó la sospecha de que se pretenda especular con esa construcción, que data de 1923, y con los terrenos adyacentes. La fábrica está ubicada en la única zona virgen del litoral malagueño, donde en breve comenzarán las obras del Paseo Marítimo del Poniente. Urbanismo insiste en que el edificio tiene protección de primer grado y que sólo se puede tocar para su rehabilitación, pero los sindicatos temen que "se hagan negocios urbanísticos a costa de los trabajadores". Desde 1993, la fábrica ha sufrido tres expedientes que redujeron la plantilla de 250 a 158 operarios

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