_
_
_
_
Reportaje:

Alonso Quijano cabalga en décimas

Enrique del Pino (Málaga, 1940) escribió los primeros versos de El Quijote hace ahora 16 años. "Digo, pues, que en un lugar/ de La Mancha, en un paraje/ de mucho campo y paisaje/ cuyo nombre no he de dar/ pues no quiero recordar/ semejante fantasía/ no ha mucho que vivía/ un hidalgo caballero..." Durante una temporada dejó el proyecto de lado para, más adelante, con renovados ímpetus cervantinos, recuperarlo y rematarlo. Y ahora, con el libro sobre la mesa, el autor se lleva la mano a la frente y calcula pausadamente: "si tuviera que reunir todos los tiempos hábiles, no me hubiese llevado menos de tres años". Bueno. Pues tres años de dedicación absoluta, noche y día, le bastaron para componer los 140.000 versos que reproducen en décimas las accidentadas andanzas de Don Quijote y Sancho Panza. Una casa manchega -llamada, muy apropiadamente, Ediciones Dulcinea del Toboso- acaba de publicar la primera parte de esta obra, con un hermoso grabado del mítico ilustrador Gustavo Doré en la cubierta. Enrique del Pino encuentra un misterio en su libro, un misterio al que no sabe cómo enfrentarse. "Hay una especie de transubstanciación", dice. "Sí, es mío, tiene el sello de mi autoría, pero no por ello deja de ser El Quijote". Como aquel personaje de Borges, Pierre Ménard, que dedicó su vida a recrear la novela de Cervantes punto por punto, Del Pino ha puesto mucho cuidado en ser fiel al original. "Todo el pensamiento del autor está aquí, párrafo por párrafo: no he omitido nada", asegura. Pero es más flexible que el obsesivo Ménard: "sí he tenido que añadir alguna cosa en razón del ritmo y de la métrica", reconoce. Del Pino ha verificado cada palabra que introducía para asegurarse de que casaba bien con el castellano barroco de la época de Miguel de Cervantes: "aquí no encontrará ningún modismo actual, ninguna expresión extranjera", desafía. Y también se ha preocupado del tono y del sonido. "Hay que respetar el tempo, la cadencia". Un trabajo, en fin, minucioso y completo. Proceso largo ¿Pero cómo se le ocurre a alguien reescribir El Quijote en verso? "No es una ocurrencia de un día", explica Del Pino concienzudamente. "Es un proceso muy largo. Uno lee el libro de niño, luego de muchacho, y luego vuelve a acercarse a él de mayor. Se va familiarizando con la obra". "Además", añade, "a estas alturas, con El Quijote se ha hecho de todo, desde cómics a dibujitos animados. Hasta envoltorios para las patatas fritas se han hecho. Pero lo que no se había hecho hasta ahora era un intento serio y académico de recomponerlo en verso. Yo me metí en esto con mucha ilusión, y, la verdad, casi sin saber cómo". Del Pino, amante de los clásicos, respeta profundamente a Cervantes. "Me descubro ante El Quijote, como cualquier persona sensible", explica. Pero eso no significa que haya perdido la capacidad crítica con respecto a tan ilustre escritor. "Cervantes no alcanzó la gloria como poeta, por más que lo intentó", recuerda Del Pino, que puntualiza: "Aunque hay pequeñas estrofitas aquí y allá que sí tienen cierta gracia". ¿Y está satisfecho de sí mismo? Del Pino sonríe. "Bueno, el libro me gusta, claro. Pero me pasa a veces que lo abro y veo un verso que querría mejorar". Su mujer, Encarnita, lo mira con los ojos muy abiertos. Ella ha sido la encargada de pasar los textos a ordenador. Son muchos versos, mucho Quijote.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_