El Papa anuncia que en el Jubileo del 2000 habrá una "jornada de arrepentimiento" por los errores de la Iglesia

Juan Pablo II anunció ayer que la Iglesia celebrará una "jornada de arrepentimiento" el próximo día 8 de marzo, aprovechando la ocasión privilegiada del Jubileo del 2000 para entonar un mea culpa general por los agravios de la jerarquía católica contra científicos, filósofos y teólogos, e incluso por sus silencios y omisiones ante atropellos terribles a derechos fundamentales de personas y pueblos.Durante su audiencia de los miércoles en la plaza San Pedro, el Papa adelantó ya algunas disculpas. "Cuando se establecen los errores, teniendo en cuenta el contexto de la época, la Iglesia no teme a la verdad y siente el deber de reconocer el pecado de sus miembros y de pedir perdón a Dios y a los hermanos", dijo ante 10.000 fieles.

Entre los pecados "históricos", el Papa habló de la "dolorosa realidad de la división entre cristianos" y de "métodos de intolerancia e incluso de formas de violencia", en alusión a la Inquisición, a las cruzadas y al antisemitismo. Algunos historiadores cuestionan la responsabilidad de algunos papas en la política de la Inquisición y de las cruzadas, y acusan a Pío XII de permanecer silencioso frente al terrible holocausto ejecutado por el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial. Pío XII excomulgó a los comunistas del mundo entero, mediante una bula, en julio de 1949.

Juan Pablo II, de 79 años y pontífice de Roma desde el 16 de octubre de 1978, combatió en su país, Polonia, contra el totalitarismo comunista, y parece decidido ahora a remediar los otros silencios. "Las investigaciones sobre el pasado deben efectuarse científica y honestamente, sin prejuicios confesionales o ideológicos, tanto en los errores atribuidos a la Iglesia como en los daños que ha sufrido", dijo, antes de subrayar que "muchos cristianos no tuvieron discernimiento sobre las situaciones de violación de los derechos humanos fundamentales".

La petición de perdón y la jornada de arrepentimiento que prepara el Vaticano se van a referir, por tanto, en palabras del Papa, "a lo que se omitió o pasó en silencio por debilidad o por una falsa evaluación, y por lo que se hizo o dijo de una forma indecisa o poco oportuna".