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FESTEJOS

El último encierro de San Sebastián acaba con tres lesionados

"Qué pena me da que se han acabado las fiestas de San Sebastián". Ésta es la versión del pobre de mí que ayer cantaron muchos mozos al finalizar el séptimo y último encierro de las fiestas de este año en honor al Cristo de los Remedios. La carrera fue una de las más rápidas y limpias de todos los festejos -se cubrió en apenas dos minutos y diez segundos- y, como ha sido habitual este año, la manada de bravos y mansos entró dividida en la plaza. La cifra de contusionados tampoco dio que hablar: tres lesionados en la calle del Real que fueron atendidos de golpes leves en los puestos de socorro de la manga. Y una vez finalizado el encierro y la posterior suelta de vaquillas, los miembros de Protección Civil hicieron números. Los responsables municipales se mostraron muy satisfechos con el resultado de los festejos taurinos: en total, los siete encierros se han cobrado 42 lesionados, la mayoría leves, y un herido por asta de toro.Según los últimos datos de Protección Civil, el chaval corneado el pasado jueves por un morlaco en la parte posterior del muslo izquierdo evoluciona favorablemente.

A esta cifra de lesionados hay que sumar el suceso más grave de las fiestas, el del joven vecino de Alcobendas que sufrió una parada cardiorrespiratoria el pasado sábado mientras presenciaba la suelta de vaquillas desde la barrera de la plaza de toros de La Tercera. El joven continúa ingresado en el hospital de La Paz en estado de coma. "La verdad es que han sido unos encierros muy tranquilos, porque hemos tenido menos heridos que el año pasado, unos 15 menos, y porque ha venido mucha gente y no ha habido incidentes importantes", comentaba ayer el portavoz de Protección Civil, Pedro Martínez.

La faena más amorosa

En este balance general tampoco podría faltar la nota de color de todos los encierros. Ocurrió el lunes, aunque se conoció ayer. Varios miembros de Protección Civil que supervisaban la instalación de las talanqueras en la calle de Postas sorprendieron a una pareja de jóvenes haciendo el amor en el suelo detrás de los tablones. Eran poco más de las siete y cuarto de la mañana.

Ajenos a las continuas idas y venidas de los efectivos de seguridad que peinaban la manga para sacar a menores y personas ebrias del recorrido, la pareja permaneció con su particular faena casi media hora más. "No nos atrevíamos a decirles nada para ver si ellos solos paraban, pero no parecían muy dispuestos, así que, cinco minutos antes del chupinazo, nos colocamos en nuestros puestos y allí los dejamos. No estamos seguros de que luego corrieran al encierro", decía ayer, en tono jocoso, uno de los voluntarios de Protección Civil quien vio, a falta de alguien que demuestre lo contrario, la faena más amorosa de los encierros.

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