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Los grupos proindonesios se rebelan contra la futura independencia de Timor Oriental

Un día después del referéndum sobre el futuro de Timor Oriental, los grupos políticos proindonesios y sus bandas armadas iniciaron la rebelión contra la previsible independencia de la ex colonia portuguesa. La plataforma integracionista abandonó su participación en el comité conjunto para la reconciliación hasta que la ONU explique el "fraude y manipulación" de la consulta. Los paramilitares bloquearon un convoy electoral con 150 funcionarios de la ONU en Geno, al sureste de la capital, y movilizaron en Dili, ante la pasividad del Ejército, a cientos de hombres armados vestidos con uniformes de combate.

Las amenazas de las milicias integracionistas regresaron a la capital, horas después de que los responsables de Naciones Unidas anunciaran una participación en la consulta superior al 99%. A juicio de la mayoría de los observadores, esa participación augura un masivo rechazo a la autonomía especial propuesta por Yakarta, abriendo así el camino de la independencia. Ante esa perspectiva, las milicias comenzaron a provocar algunos incidentes ya durante la madrugada. Durante la mañana de ayer, los paramilitares movilizaron junto al hotel Trópico, sede de la milicia Aitarak (Espina), a centenares de hombres armados, en una exhibición sin precedentes y ante la pasividad del Ejército indonesio, cuyo Gobierno calificó desde Yakarta de limpio y fiable el desarrollo de la consulta. Ajenos a ello, los paramilitares portaban fusiles automáticos, pistolas y machetes, y vestían las camisetas negras de combate. Tras un día de tregua, volvieron a desatarse los rumores sobre un estallido de la violencia. Poco después, la ONU confirmó que un convoy electoral, compuesto por unos 150 funcionarios locales e internacionales, había sido bloqueado por las milicias en la localidad de Gleno, a unos 30 kilómetros al sureste de la capital. Los paramilitares rodearon el convoy e impidieron su marcha durante nueve horas, enmedio de una gran tensión. Al llegar a Dili, algunos de los integrantes de la caravana declararon que "si no se hubiera sacado a los 50 contratados locales [que iban en el convoy], los hubieran matado". El jefe de los observadores australianos Tim Fischer, ex viceprimer ministro de ese país, confirmó ayer el asesinato de tres trabajadores locales de la ONU en Atsabe, localidad cercana a Gleno, pero, a media tarde, el portavoz de la Misión de la ONU, David Wimhurst, no confirmaba, por el momento, ninguna de las víctimas, pero sí algunos heridos. Wimhurst explicó que el incidente es "una nueva demostración de las actividades de las milicias", que se mueven a sus anchas por un territorio cuya "seguridad", insistió, "está en manos de las Fuerzas Armadas indonesias", según el acuerdo alcanzado entre Lisboa, Yakarta y la propia ONU. Un acuerdo, por otro lado, que ha sido criticado por los independentistas. El coordinador de la Comisión Nacional para la Resistencia Timorense (CNRT), Leandro Isaac, explicó ayer que "la situación puede complicarse sin una fuerza multinacional armada". El Frente Unido para la Autonomía de Timor Oriental, plataforma proindonesia que integra también a los grupos paramilitares, envió ayer una carta a la Misión de la ONU en Dili, Ian Martin, comunicando que abandonan "temporalmente" la comisión para la reconciliación nacional. La misiva afirma que la plataforma "ha podido ver cómo el personal de la ONU" ha tratado de dirigir sus decisiones hacia "una opción específica [la independentista]".

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