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Los timorenses acuden hoy con incertidumbre a las urnas para decidir por primera vez su futuro

Tras 23 años de anexión por Indonesia, nunca reconocida por la ONU, y más de 200.000 muertos, casi un tercio de sus habitantes, el pueblo de Timor Oriental decide hoy su futuro en una jornada histórica. Sin miedo, pero rodeado de amenazas e intimidaciones. Las milicias proindonesias regresaron ayer a las calles de Dili con sus armas automáticas, incumpliendo así un pacto anunciado durante la mañana. En un preocupante comunicado, el Ejército de Yakarta anunció que no podrá garantizar la seguridad del territorio si estalla la violencia a partir de esta jornada electoral. La cúpula militar ha reconocido que está preparada para un enfrentamiento civil y tiene en marcha un plan de evacuación urgente.

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La capital de Timor Oriental amaneció tranquila y, durante la mañana, los responsables de la Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Timor Oriental (UNAMET) anunciaron un pacto entre las milicias proindonesias y los grupos independentistas para no sacar las armas a las calles y evitar enfrentamientos. Pocas horas después de anunciado el compromiso, la milicia Aitarak (Espina), que dirige Eurico Guterres, se concentró ante el antiguo hotel Trópico con actitudes desafiantes e intimidatorias.Inmediatamente se dispararon los rumores de que esos grupos iban a entrar a saco en el barrio de Becora, al este de la capital, donde murió hace dos días uno de sus integrantes. Los paramilitares aparecieron vestidos con el atuendo negro de combate y exhibían con altanería sus armas automáticas, lo que hacía presagiar una noche de cuchillos largos.

Los soldados y la policía indonesios hacían la vista gorda ante estas exhibiciones que duraron durante gran parte de la tarde, aunque sin que los integracionistas llegaran a marchar sobre Becora. Alrededor de las diez de la noche, portavoces de Naciones Unidas y de la resistencia timorense informaron de que, aparentemente y según sus datos, todo estaba en calma, a excepción de algunos incidentes aislados. Una hora más tarde, la agencia France Presse daba cuenta de que, según fuentes policiales, dos miembros de Aitarak habían sido asesinados a machetazos por grupos independentistas, pero sus cuerpos aún no habían sido hallados. La tensión del día dio paso a la incertidumbre de la noche y a la prevista para la madrugada.

Habibie: "Seguid unidos"

El presidente indonesio, Yusuf Habibie, dirigió un mensaje por televisión "a todos nuestros hermanos de Timor Oriental" en el que les pidió: "Seguid unidos [a Indonesia], para construir un brillante futuro junto al resto de la familia indonesia".Los 200 puestos electorales, con 850 urnas, abrirán hoy sus puertas a partir de las 6.30 (0.30, hora de Madrid) para que los más de 451.000 timorenses con derecho a voto decidan si aceptan el plan de autonomía especial propuesto por Yakarta, o lo rechazan y abren el camino de la independencia. En Timor no hay sondeos electorales ni encuestas previas, al estilo occidental, pero diversas fuentes aseguran que la población rechazará masivamente la autonomía, lo que supondrá la apertura inmediata de un proceso de independencia.

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UNAMET ha informado de que los resultados definitivos de la consulta tardarán al menos una semana en ser conocidos. La ONU tiene previsto ampliar los plazos de votación en aquellos lugares donde se hayan detectado coacciones o amenazas, y esperará a que centenares de huidos de sus hogares regresen a sus pueblos para votar. Todas las papeletas y urnas, que en ningún momento dejarán de estar bajo la mirada de los policías de Naciones Unidas, serán trasladadas hasta Dili, donde se realizará el recuento general. No se desglosarán los datos por zonas para evitar las represalias en las localidades donde podría conocerse el sentido de los votos.

[La situación para votar es todavía tan poco propicia a ojos del obispo de Dili, Carlos Ximenes Belo, que el Nobel de la Paz declaró ayer a la emisora portuguesa TSF, cuando se le preguntó si hubiese preferido un retraso de la votación: "Lo hubiera preferido. Hasta que la gente pueda votar [en paz], porque la paz y la tranquilidad se expresan en la libre circulación de personas", algo que no pueden hacer decenas de miles de personas en Timor Oriental por temor a la actuación de las milicias integracionistas]. El Ejército indonesio hizo público ayer un comunicado en el que avisa que no podrá garantizar "al 100%" la seguridad en Timor Oriental si se produce un estallido de violencia. La cúpula militar "lamenta" los disturbios ocurridos en el territorio y afirma que hará todo lo posible para mantener la calma en la antigua colonia portuguesa, pero admite que no lo podrá garantizar por completo. De hecho, el nuevo comandante militar para Timor, el coronel Noer Muis, ya anunció en el periódico The Jakarta Post que el Ejército está preparado para una guerra civil que tendrá más posibilidades de estallar si gana la opción independentista. "El periodo poselectoral", añade, "será crítico, ya que ninguna de las partes está dispuesta a aceptar una derrota". El coronel Muis y el comunicado oficial del Ejército reconocen que más de 20.000 efectivos militares y policiales se encuentran destacados en puestos estratégicos para evitar conflictos abiertos entre las partes y, en caso de emergencia, proceder a una evacuación inmediata.

"Gran valor"

La representante diplomática de Portugal en Yakarta, Ana Gomes, piensa que el pueblo timorense "está demostrando un gran valor al cumplir con determinación sus derechos en un ambiente de enorme tensión y con unas condiciones de seguridad que están muy lejos de ser las deseables y, mucho menos, las necesarias". "Desde el inicio del proceso", agrega, "se ha mantenido una atmósfera de intimidación y amenazas con la complicidad del Ejército indonesio, que nunca ha aceptado la decisión del presidente Habibie de convocar el referéndum".De esa intimidación han sido objeto no sólo los timorenses sospechosos de preferir la independencia, sino también UNAMET, cuyo personal ha sido amenazado y atacado en varias ocasiones en diversas partes del territorio, y la propia prensa internacional, agentes todos, a ojos de los integracionistas, de una confabulación internacional para separar a Timor Oriental de Indonesia. Ayer mismo, el equipo de Televisión Española tuvo que dejar el mercado de Dili bajo la amenaza de los machetes de los que defienden la autonomía.

Ana Gomes explica que "el Ejército ha tratado de impedir [el proceso] por todos los medios: primero, trató de impedir la convocatoria de la consulta; después, la llegada de la misión de la ONU, y ahora, la actualización del censo y la celebración del propio referéndum. Siempre han actuado indirectamente a través de las milicias que fueron creadas, organizadas y armadas por los militares".

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