Once heridos leves en el encierro de los 'miuras' en San Sebastián
El encierro celebrado ayer en San Sebastián de los Reyes, el cuarto de las fiestas y el más temido por ser el de los miuras, acabó con 11 heridos. Nueve se accidentaron mientras corrían en la manga, y dos, en el interior de la plaza de toros durante la suelta de vaquillas. De todos ellos, seis tuvieron que ser trasladados al hospital La Paz, aunque ninguno en estado grave. La carrera duró casi tres minutos y fue bastante limpia, a pesar de que la manada entró dividida en la plaza -primero, cinco toros; luego, los cabestros, y más tarde, el último astado-. Lo más espectacular del encierro fue la multitudinaria participación de corredores: en torno a 3.000 personas, según Protección Civil. La nota trágica del día fue, por otra parte, la parada cardiorrespiratoria a causa de una "posible intoxicación", según fuentes del Insalud, que sufrió Francisco Javier V. L., de 21 años, vecino de Alcobendas. El joven, que llegó a estar clínicamente muerto durante varios minutos, presenciaba desde el callejón de la plaza de toros la suelta de vaquillas posterior al encierro cuando repentinamente sufrió un desmayo. A última hora de la tarde de ayer el joven permanecía ingresado en una UVI del hospital La Paz en estado de coma.
Causa desconocida
El suceso ocurrió sobre las ocho y diez de la mañana. A esa hora, Francisco Javier estaba dentro del callejón, apoyado en la barrera, viendo cómo los mozos toreaban la primera vaquilla que salió al ruedo del coso. Le acompañaba un amigo. Según el relato de este último a los responsables de Protección Civil, de repente Francisco Javier sufrió un mareo y se desvaneció junto a él.Fue el amigo el que, alarmado, avisó inmediatamente a los voluntarios de Protección Civil. Éstos encontraron a Francisco Javier en el suelo con un ataque de espasmos. Los voluntarios trasladaron en volandas rápidamente al joven hasta la enfermería. Según los responsables de Protección Civil, en el trayecto Francisco Javier ya iba "clínicamente muerto".
El equipo médico de la plaza de toros y los facultativos de una UVI móvil del 061 le practicaron insistentes masajes, manuales y mecánicos, de reanimación cardiopulmonar. Al cabo de 20 minutos los esfuerzos dieron sus frutos. Los médicos consiguieron devolver al chaval las constantes vitales imprescindibles para trasladarle urgentemente en ambulancia al hospital La Paz. Su estado era muy grave.
Mientras, fuera de la enfermería, un miembro de Protección Civil hablaba con el amigo de Francisco Javier para intentar averiguar qué había ocurrido: "Queríamos saber qué habían comido o bebido y si habían tomado alcohol o cualquier otra cosa. Nos dijo que no sabía nada, sólo que Francisco Javier se había mareado y que se había caído. Según él, sólo tomaron unas copas y nada más".
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