Los 144 fuegos registrados desde enero han quemado 63 hectáreas de bosque, la cifra más baja de la década
VIENE DE LA PÁGINA 1 La presencia del fuego en los bosques vascos en los últimos años cada vez ha sido menor y, a pesar de los graves daños que ocasionan en el suelo, la vegetación, la flora y la economía del sector, no tienen, ni cuantitativa ni cualitativamente, el alcance que presentan en otras comunidades de España. Así, 1999 es, de momento el mejor año de la década: desde enero hasta el pasado 24 de agosto los 144 incendios registrados han quemado 248 hectáreas (63 de bosque) frente a las 1.649 (608 de bosque) que el fuego devastó en el conjunto de 1998, la mayoría de ellas de enero a agosto. Por provincias, en Guipúzcoa se han perdido 101 hectáreas (30 de bosque); en Vizcaya, 81 (22 de masa arbolada) y en Álava, 66 (casi 11 de áboles). Vizcaya ha sido tradicionalmente el territorio más castigado por los incendios, alcanzando un hito histórico en 1989 cuando quedaron calcinadas 28.991 hectáreas. Desde entonces hasta ahora ha visto como el fuego devoraba otras 3.200 hectáreas de suelo forestal, para completar un total de 32.000 en los últimos 11 años. En Guipúzcoa han sido arrasadas 9.788 en el mismo tiempo y en Álava, 4.484. Desde el servicio forestal de la Diputación de Guipúzcoa también se atribuye a la prevención y a la eficacia en las extinciones las razones que ayudan a entender el descenso. Agustín Sarria, de la Diputación de Vizcaya, añade el desarrollo de la agricultura, la profesionalización cada vez mayor del sector ganadero, la mejora de los pastos, las inversiones para el manteniento de la superficie forestal y la reglamentación de los permisos de quema como factores determinantes en el descenso. "Algunas medidas como la obligatoriedad de solicitar los permisos de quema y de llamar a la base de los guardas forestales antes de iniciar los trabajos de quema (cuyo objetivo es preparar un terreno para su repoblación o desbroce de zonas agrícolas) han hecho que se tome una mayor responsabilidad en el uso del fuego", indica. Vizcaya destina cada año más de 800 millones de pesetas a la prevención de los incencios forestales. La alerta ante el fuego en Euskadi comienza a finales del mes de setiembre, cuando el helecho se ha secado y puede arder con más facilidad empujado por el viento sur, y prosigue durante todo el invierno. Las características de Álava (que comparte los climas mediterráneo y atlántico) hacen que la alerta también se active en verano. Las diputaciones tienen previsto reforzar a partir de setiembre los servicios de vigilancia y de extinción de incendios. La mayoría de los incendios tienen un carácter intencionado, señala Sarria. "Se producen, frecuentemente los fines de semana, entre el atardecer y altas horas de la noche", precisa. Mientras, para Ruiz Urrestarazu, de la Diputación alavesa, "los fuegos son producto de la actividad humana en general. En algunos casos son por despistes, otros por negligencias, algunos son obra de los pirómanos y también están los incendios provocados de manera interesada para obtener algún beneficio".
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