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Nueve muertos y 20 heridos en el último día de campaña contra la independencia en Timor

ENVIADO ESPECIALA cuatro días del referéndum para la independencia de Timor Este, las milicias proindonesias volvieron a sembrar el terror en la capital de la ex colonia portuguesa. Nueve muertos, dos de ellos de las milicias, una veintena de heridos, tiroteos en las calles, incendios de casas y el asalto a la sede de la resistencia timorense son el trágico balance del último día de campaña de los defensores de la integración en Indonesia. Diplomáticos y observadores internacionales temen un recrudecimiento de la violencia antiindependentista con el objetivo de provocar la suspensión de la consulta. El portavoz de la ONU en Timor, David Wimhurst, aseguró: "El Ejército y la policía indonesios no hicieron nada para impedirlo".

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La arrogante invasión de la capital por los grupos antiindependentistas no auguraba un día tranquilo. A primera hora de la mañana, el dirigente de la Comisión Nacional para la Resistencia Timorense (CNRT), Manuel Carrascalão, cuyo hijo fue asesinado por las milicias el pasado mes de abril, explicaba su preocupación por el día que se avecinaba: "Los integracionistas están intimidando a la población. Hemos dado una vuelta por la ciudad y están forzando a la gente para acudir a su mitin. Saben que no tienen el apoyo de la mayoría y su única alternativa son las amenazas y la coacción. La situación no está nada clara y nos han aconsejado que no salgamos a la calle". Refugiado en la casa de otro dirigente independentista y con protección policial, Carrascalão se temía lo peor y no le faltaba razón.En Yakarta, la diplomática portuguesa Ana Gomes no ocultaba su preocupación por el final de la campaña: "Es evidente que las condiciones de seguridad no son las ideales, ni siquiera las mínimas, pero la población está dispuesta a todo y quiere votar. Hay que aprovechar esta ocasión. De cualquier forma, no excluyo una nueva oleada de violencia para impedir la consulta, dado que los integracionistas saben que el resultado será claramente favorable a la independencia. Tememos una explosión antes del referéndum y probablemente después, tras el anuncio de los resultados, por lo que es necesario la llegada de una fuerza internacional de la ONU que garantice la seguridad".

Pasividad policial

Los malos augurios se hicieron realidad al cabo de unas horas. Alrededor de las dos de la tarde (ocho de la mañana, hora peninsular española) los grupos prointegracionistas provocaron diversos incidentes en los barrios de Kuluhum y Bekora, al este de la capital. Las primeras noticias eran confusas. El portavoz de Naciones Unidas explicaba que se habían registrado "tres o cuatro muertos, una decena de heridos y algunas casas incendiadas sin que las fuerzas del Ejército y la policía hicieran nada por impedirlo". Tiempo después, la agencia de noticias portuguesa Lusa informaba de que tenían confirmados "seis muertos, dos de ellos de las milicias proindonesias tras haber matado a un joven independentista y haber sido alcanzados por sus compañeros de la resistencia".Poco después, el coordinador de la CNRT, Leandro Isaac, explicaba que los muertos eran nueve y los heridos alcanzaban la veintena. "Las juventudes del barrio de Kuluhum fueron provocadas por un grupo de militares vestidos de civil. Los muchachos retuvieron a un soldado que llevaba una escopeta M-16 y allí comenzaron los disturbios. Cuando llegó la columna del Ejército, los manifestantes proindonesios comenzaron a rasgar la fotografía de Xanana Gusmão (líder de la resistencia) y nuestras banderas. En esos momentos, los militares y la policía abrieron fuego contra la población. Dos miembros de las milicias se adentraron en el barrio y fueron localizados por la gente que les mató con todo lo que tenían a mano. Por el momento no tenemos identificadas a todas las víctimas". Isaac informó asimismo que la sede de la CNRT en Dili fue asaltada y apedreada por los integracionistas sin que las fuerzas de seguridad lo impidieran. El dirigente independentista añadió: "Naciones Unidas no está en condiciones de garantizar la seguridad en Timor, y así es imposible. Este pueblo está entregado a las manos de unos asesinos desde la anexión por Indonesia. Nuestra situación es muy preocupante y nos encontramos absolutamente impotentes. Sabemos desde hace tiempo que los integracionistas tienen planes para capturar y asesinar a los líderes de la resistencia".

Por su parte, los jefes de las milicias responsabilizaron de los incidentes a la "actitud provocadora" de los independentistas, que, al parecer, no aceptaban la difusión de sus consignas en el día asignado para su fin de campaña. El jefe de las citadas milicias, João Tavares, y el máximo responsable de sus grupos operativos, Eurico Guterres, han insistido en diversas ocasiones en que defenderán hasta las últimas consecuencias la integración en Indonesia. Ambos aseguran disponer de más de 50.000 hombres dispuestos a luchar hasta el fin. Según Eurico Guterres, sólo hay dos opciones para los independentistas: "O se quedan aquí y apoyan la integración, o tendrán que huir al extranjero para evitar ciertos sinsabores. Yo no juego con nadie".

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