Detenido en Viena por crímenes de guerra el general jefe del Ejército serbobosnio
A petición del Tribunal Penal para la antigua Yugoslavia, la policía de Viena detuvo ayer por sorpresa al jefe del Estado Mayor serbobosnio, Momir Talic, que asistía a una conferencia sobre temas castrenes coorganizada por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa. El general, que ayer mismo fue extraditado y recluido en la cárcel de alta seguridad de La Haya, no tenía idea de que se encontraba en la lista de acusados por crímenes de guerra que la oficina del fiscal mantiene en secreto para facilitar las detenciones y evitar que huyan o se escondan.
Según los datos que obran en poder del tribunal, el detenido era la mano derecha del jefe militar de los serbios de Bosnia, Ratko Mladic, conocido por el sobrenombre de El Carnicero de Sbrenica y también buscado por el tribunal. A Talic, nombrado jefe del Estado Mayor por la presidenta de la República Srpska, Biljana Plavsic, el año pasado, se le considera responsable de las atrocidades cometidas contra musulmanes y croatas en 1992 en Prijedor y Sanski, al noroeste de Bosnia. Su nombre aparece en la acusación oficial junto al del ex viceprimer ministro serbobosnio Radislav Bradjanin, detenido en julio, por "planear, organizar y ejecutar un plan de exterminio y expulsión de todos los que no fueran serbios". Según el fiscal, bajo sus órdenes los soldados serbios mantenían aterrorizada a la población para obligarla a abandonar sus hogares. Centenares de los que decidieron quedarse fueron asesinados.
Traslado inmediato
Talic fue trasladado anoche mismo a Holanda e inmediatamente trasladado a la cárcel del Tribunal Penal Internacional que le juzgará de crímenes contra la humanidad por los que puede ser condenado a cadena perpetua. El acusado llegó en un vuelo regular al aeropuerto internacional de Schiphol, cerca de Amsterdam, donde le esperaba una escolta policial de seis vehículos para su traslado a la prisión de Scheveningen, cerca de la Haya.El general fue detenido por la mañana por la policía austriaca cuando entraba a una conferencia sobre los anexos militares del Acuerdo de Dayton, auspiciada por la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa. La paradoja de su detención se produce, precisamente, porque la OSCE se ocupa y denuncia, entre otros asuntos, las atrocidades cometidas en la antigua Yugoslavia. Talic desconocía que su nombre estaba incluido en la lista secreta de los criminales más buscados por el Tribunal Penal. Momir Talic fue acusado, en un acta secreta, por la Fiscalía del tribunal el 12 de marzo pasado, y éste envió a la policía austriaca la orden de detención internacional que pesaba sobre él. Al acusado, de 57 años, se le responsabiliza de feroces campañas de limpieza étnica realizadas en 1992 en contra de musulmanes y croatas en el noroeste de Bosnia. Dos horas después de su detención, la fiscal jefe del Tribunal que juzga los crímenes en la antigua Yugoslavia, Louise Arbour, anunció a la prensa la captura del general.
Según los procedimientos habituales del Tribunal, el acusado deberá presentarse por primera vez frente a los jueces en las próximas 24 horas para declarar su culpabilidad o inocencia frente a los crímenes de que lo acusa la fiscalía.
Desde su creacion en 1993, el Tribunal Penal para la antigua Yugoslavia ha dictado ocho veredictos, con penas que van desde los 20 hasta los 2 años y medio de prisión. De los 65 acusados oficialmente una treintena están ya en la prisión de alta seguridad que Naciones Unidas construyó en La Haya. Talic es el militar de más alta jerarquía entre ellos. A pesar de que con el impulso de la fiscal canadiense Louise Arbour, que abandonará el cargo el próximo 15 de septiembre, el tribunal ha conseguido ganar credibilidad y cuenta con la colaboración de la mayoría de los Estados, los más buscados, Slobodan Milosevic y los serbobosnios Radovan Karadic y Mladic, no han sido aún detenidos.
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