_
_
_
_
_
CRISIS POLÍTICA EN CEUTA Y MELILLA

Locos por tocar a 'Agustina'

1.200 gilistas se congregan enfervorizados ante la Asamblea

La tránsfuga socialista hizo perder el sentido a las hordas gilistas. "Esa mujer no es una tránsfuga. Es Agustina de Aragón", puntualizaba un hombre boquiabierto ante el heroísmo mientras los menos literarios le atribuían "un par de cojones". Pero no, Susana Bermúdez, que no paró de mascar chicle, se parecía ayer mucho más a una superestrella de cine. A las 11.30, antes de apoyar la moción para quitar a Jesús Fortes (PP) la Presidencia de Ceuta, se asomó al balcón de la Asamblea -vestida de rojo y recién salida de la peluquería- para saludar a 1.200 personas que se mostraban enfebrecidas.Coros de "como Susana no hay ninguna". Pancartas con "El pueblo está contigo". Muchas banderas del GIL y una de España que portaban unos jóvenes con la cabeza bastante afeitada. Un niño de 10 años repartía La Tribuna, un diario subvencionado por el Ayuntamiento de Marbella que anunciaba en su portada la celebración de una "jornada histórica". Jesús Gil llegó para ser testigo con el tiempo justo y blindado por sus guardaespaldas. Una marabunta se acercó a las vallas de contención para proclamarle presidente.

Más información
Bermúdez estuvo escondida en el chalé de Sampietro y pasó varios días en Eurodisney

Eva Melquizo, una prima de Bermúdez de 22 años que estudia filología inglesa, chocaba con su collar de perlas y su goma de pelo de osito entre tanta ama de casa y tanto parado. Votó por el puño y la rosa y ahora está arrepentida. Emilio Blanco, de 72 años y con una medalla al mérito de la Policía armada, votaba por los populares. Hasta las pasadas elecciones. "!Si criticaron más a Jesucristo!", clamaba. Todo el mundo parece haber cambiado de partido. "Necesitábamos un cambio", comenta Ana María Sánchez, que lo ha intentado ya con cuatro patidos distintos.

Juan Pérez, un barrendero que gritaba hasta para decir su edad -62 años- ha encontrado culpables: "El terremoto de Turquía tenía que haber pasado en Madrid". Los miles de simpatizantes anunciados por Gil procedentes de otros bastiones apenas llegaron. Antonio Cabello se pagó el trayecto desde Marbella -a 120 personas de La Línea le pusieron autobús gratis a Algeciras-. Aprovechó el viaje para comprar una chilaba.

A las 13.10 salió Bermúdez junto a Antonio Sampietro y el alcalde de Marbella. Cruzaron la plaza de África, mientras decenas de manos intentaba tocarles, para ir al Hotel Las Murallas. Allí expuso sus motivos con los ojos llorosos mientras los simpatizantes la felicitaban y la besaban a la salida. Fuera, Óscar de Cos, 25 años, exponía las razones de su voto al GIL. "Somos un grano en el culo para el Estado. Lo que quieren es hundirnos para entregarnos a los vecinos".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_