_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Onicofagia

DE PASADALa onicofagia consiste en comerse las uñas, pero en fino. La historia está llena de onicófagos de fama, como Lord Byron, y claro, de millones de onicófagos anónimos. Tan popular hábito gastronómico no figura, que se sepa, en ninguna guía o menú, pero en vacaciones cobra rigores de dieta estricta o rancho de trena. De hecho, el verano gaditano se asemeja por momentos a una enorme uña de hastío que uno va royendo hasta la cutícula, que es septiembre. Muy de vez en cuando, las agendas de ocio distraen la atención del onicófago veraneante con algún plato más sustancioso que la mansa pérdida de tiempo, o le untan los dedos del alma con ungüentos repelentes para mermarle el apetito. Y entonces, sólo entonces, comienza el espectáculo. Por ejemplo: Isabel Pantoja proclama, antes de cantar en el Pemán, que no tiene rival. Filósofos, analistas políticos y arúspices se reúnen en consejo para preguntarse: ¿a qué se refiere? Porque tratándose de tan polifacética celebridad, el tiro puede salir por cualquier parte. Cuentan que durante el concierto de la tonadillera se colapsó el tráfico, se incendió uno de los focos y media letra de copla fue pasto de la desmemoria. Duda, pues, satisfecha. A uña de caballo, de un lado para otro, los políticos insisten en desplegar el don de la ubicuidad, que es su vicio de campaña. La alcaldesa Teófila Martínez pasa como un cometa por el apocalíptico show de la Pantoja y al ratito ya está saludando en el recital de Eliades Ochoa, el santiaguero que, bajo su aspecto de un Jr de la teleserie Dallas a la guajira, demostró ser un corazón de pan de oro y puso al respetable en candela. A un paso de guaguancó de la alcaldesa, todos los ediles del PP que habían caído por allí se pusieron a bailar como cinturas calientes del Café Cantante, unos con más swing que otros. Algún malintencionado dijo aquello de que si Teófila Martínez se tira del puente Canal, los demás la siguen. Por si acaso, mejor no probar. El caso es que como sigan así las cosas, entre los éxtasis orgásmicos del piano de Manolo Carrasco, el inamovible repertorio por alegrías del torrencial Rancapino y la esperada requeterreposición de Verano azul, el año que viene se va a poner de moda la coprofagia. Que es como ahí te coman las moscas, pero en fino.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_