El sueño de un mendigo
Me lo contaba la otra mañana sentado en el banco de un jardín: -Por la noche, bajo el puente, con todas la estrellas al fondo, mientras duermo acunado por los ruidos, sueño que me gustaría ser, ¿sabe qué?, ¡los restos mortales de Velázquez! ¿Se puede aspirar a más miseria, a menos, en la vida? Pero, desde luego, ¡qué suerte la de los restos de este pintor! Los buscan con denuedo, como si en ellos permaneciese aún su espíritu. Y yo, que aún sigo vivo y con mi espíritu incorporado, tengo la sensación de que no existo para nadie.- .
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