Golpe devastador a una zona con gran presencia de multinacionales

El terremoto que sufrió en la madrugada de ayer Turquía se cebó en una zona conocida por los expertos como laguna sísmica. Es decir, un lugar en el que, sorprendentemente, no se habían registrado seísmos importantes a pesar de estar en el camino de la falla norte de Anatolia, de más de 1.000 kilómetros, y que atraviesa Turquía de oeste a este, del mar Egeo a la frontera con Armenia. Además de haber sido, hasta ayer, una laguna símica, la región de Izmit también es un centro industrial importante en el país, con fuertes inversiones en el sector automovilístico, petroquímico y de maquinaria. El seísmo destrozó la factoría de la empresa italiana de neumáticos Pirelli y causó la muerte a un trabajador y heridas a otra veintena. En la zona también hay empresas filiales de Honda, Hyundai, Toyota y Goodyear.La situación de emergencia - y los cortes de luz y teléfono en Estambul- supuso la suspensión temporal de la Bolsa y el cierre del mercado del oro. Al menos 20 compañías que cotizan en la Bolsa de Estambul operan en la zona industrial de Izmit, la más afectada por el seísmo.

En esa misma localidad, la mayor refinería de la empresa estatal Tupras ardió y la torre de humo se pudo ver en un radio de varios kilómetros. El fuego permanecía incontrolado a última hora de la noche de ayer. Las autoridades turcas evacuaron los alrededores y pidieron ayuda internacional para sofocar las llamas. La torre de crudo y tres depósitos quedaron inutilizados.

El ministro de Energía, Cumhur Ersumer, reconoció problemas de suministro en varias ciudades, pero indicó que se está gestionando la llegada de energía adicional desde Bulgaria, país desde el que Turquía importa electricidad desde 1997.