Economía y precios
LUIS ÁNGEL HIERRO Del análisis de los datos publicados en el día de ayer por el INE referidos a la evolución de los precios en el mes de julio se desprende claramente la situación por la que pasa la economía española y más atenuadamente la andaluza. La expansión del consumo privado, debida tanto al crecimiento del empleo como, fundamentalmente, al recorte del IRPF, ha provocado un aumento de la demanda interna y con ello se han incrementado los precios en todos los sectores, con especial incidencia en los servicios. A esta subida de la demanda se ha unido en los últimos meses el deterioro del euro y la subida del precio del petróleo, que en julio ha sido utilizada por las empresas del sector para disparar el precio de los carburantes, con lo que, como era de esperar, se consolida la ruptura del objetivo fijado por el Gobierno en los presupuestos de 1999. Si a ello unimos que la política gubernamental ha sido muy tenue en su medida estrella -el recorte los precios regulados en electricidad, luz, teléfono...-, el problema queda servido. Apenas queda el grupo de alimentos y algún otro menor para contrarrestar la subida de precios. En resumen, política expansiva de demanda, más agotamiento de la vía de reducción de precios regulados, más liberalización completa de precios de carburantes, igual a inflación. En Andalucía, la diferencia está en que el sector de alimentación está aguantando muy bien, que partíamos de una tasa de inflación menor y que el Ejecutivo central está gastando mucho menos en la comunidad en materia de inversión. También influye el recorte de los fondos destinados a la Junta de Andalucía, con lo que la inflación sigue más baja.
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