LUIS SANZ "La "ruta del bakalao" nunca existió"
Después de una década al frente de la Fiscalía Antidroga del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, el turolense Luis Sanz sigue sin acostumbrarse al calor de Valencia en agosto y sorprendiéndose por el ingenio de los traficantes para ocultar su mercancía: "Han llegado a disolver la droga en la pintura de un cuadro, a impregnar unos vaqueros con sulfato de cocaína, o a esconderla en bolsitas dentro de bombones de chocolate. Su imaginación no conoce límites". P. ¿Qué aficiones les suben la adrenalina a un fiscal antidroga? R. Muchas confesables, aficiones normales como la lectura, la música y el deporte. Sólo que como uno se hace mayor se van adaptando a la edad. P. ¿Ha ido de vacaciones a Colombia? R. No, y no tengo intención de ir, aunque no tengo nada contra el país. P. ¿Su clientela de traficantes se va de vacaciones o le hace trabajar en verano? R. Picassent tiene piscina. P. ¿Aumentan los decomisos por eficacia policial o porque crece el tráfico? R. Los alijos de hachís se han desplazado a nuestra costa por la presión policial en el sur, pero en el resto de materias el aumento se debe al éxito de la policía. P. ¿Cómo anda la ruta del bakalao? R. No ha existido nunca, sólo es un mito. Ha habido discotecas de playa donde la gente iba a divertirse y el mayor riesgo era el exceso de alcohol de los conductores. La leyenda supera a la realidad. P. ¿Qué operación le enorgullece más? R. La de la Estrella de David, hace unos cuatro años, porque llegamos hasta un nivel muy alto de la red. Detuvimos al supuesto contable, desciframos los datos en clave de su ordenador e identificamos a los cabecillas del tráfico de droga en Colombia, contra los que se dictaron órdenes internacionales de detención. P. Las redadas policiales como las de la huerta de Campanar donde se capturan tan pocas dosis, ¿sirven de algo? R. Son necesarias, hay que presionar al menudeo para evitar que eche raíces en una zona. Al final deciden marcharse a otro lado y volvemos a empezar. Es una lucha constante.
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