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Comas teme que la futura mezquita de Barcelona sea un foco integrista

El consejero de Bienestar Social de la Generalitat, Antoni Comas, abrió ayer una polémica en torno a la proyectada gran mezquita de Barcelona. Comas advirtió que no toleraría que la mezquita se convirtiera en "una escuela de integrismo" y recordó que en algunos países islámicos están prohibidas las iglesias católicas. Las declaraciones del consejero fueron muy criticadas por PSC, IC-V y ERC, y por la Federación de Colectivos de Inmigrantes. Jordi Guillot, de IC-V, afirmó que Comas tenía "una visión sectaria del islamismo".

El imán de La Meca, Abderramán Al Sudes, pasó esta semana por Barcelona para acelerar el proyecto de construcción de una mezquita y para pregonar la tolerancia entre religiones. La Generalitat se mostró muy bien predispuesta, tras los conflictos racistas en algunos barrios catalanes, a ceder espacio público para ayudar a canalizar la vida religiosa de los inmigrantes musulmanes a través de un centro oficial. Ayer, sin embargo, el consejero Antoni Comas lanzó una severa advertencia sobre la futura mezquita. En ella, dijo a Efe, "no se puede esconder una escuela de integrismo, porque eso afectaría a nuestros derechos, a los derechos de todos. Viendo cómo se manifiestan ciertas vivencias radicales que no tienen nada que ver con la fe islámica, hay que ser serio". "Tienen derecho a tener una mezquita porque tienen derecho a practicar de forma libre y correcta su religión, pero en sus países no se permiten las iglesias católicas", agregó el consejero de Bienestar Social. Las palabras de Comas sentaron mal entre los partidos de izquierda y entre los colectivos de inmigrantes musulmanes. La diputada socialista Marta Geli calificó de "desafortunadas" las declaraciones del político convergente y dijo que podían "difundir un mensaje erróneo: la peligrosa asociación de islamismo e integrismo". Geli añadió que una gran mezquita "dignificaría" la situación del islam en Cataluña. Jordi Guillot, portavoz de Iniciativa, dijo por su parte que lo que un consejero debía hacer era "salvaguardar el pluralismo religioso, y no criminalizar a toda la confesión musulmana". Jordi Portabella, de ERC, comentó que el análisis de Comas era "muy superficial". La presidenta de la Federación de Colectivos de Inmigrantes de Cataluña (FCIC), Irene Yambá, consideró que Comas tenía un "miedo infundado", ejemplo de la "psicosis que recorre Europa contra esta religión". Yambá añadió que el consejero debía preocuparse por los brotes racistas, porque "son lo que provoca que los inmigrantes se aferren a la religión para apoyarse". Y recomendó a Comas que acudiera más a menudo a las reuniones del Consejo Asesor de la Inmigración, del que es presidente.

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