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Reportaje:

Compuestos y sin plantas

No había restos de colillas de puros y botellas de cava consumidas a toda velocidad, pero los jardines de la plaza de la Virgen Blanca tenían la apariencia, ayer al mediodía, del clásico paisaje después de la batalla en que se convierte el centro neurálgico de Vitoria las tardes de cada 4 de agosto desde 1957. Ése fue el primer año en que el personaje del Celedón hizo su primera bajada desde la iglesia de San Miguel hasta un balcón de la calle Postas para oficiar la inauguración de las fiestas patronales de la capital alavesa en honor de La Blanca. Este año, el Ayuntamiento había decidido regalar las 4.730 plantas de begonias, petunias y salvias que adornan los parterres del Monumento a la Batalla de Vitoria en la citada plaza. La iniciativa, aplaudida en toda la ciudad, pretendía evitar que estas casi cinco mil plantas acabaran pisoteadas por el gentío que se concentrará en la tarde de hoy para disfrutar de la bajada del Celedón. Pero los jardineros municipales no tuvieron tiempo ni de embolsar las plantas. Si la entrega estaba prevista para las once de la mañana, tres cuartos de hora antes, hordas de fanáticos floricultores aficionados habían arrancado ya las petunias, las begonias y las salvias, dejando a los ciudadanos que acudieron a la hora señalada compuestos y sin planta. Fue un agitado preámbulo para las fiestas de La Blanca, que se prometen más que animadas. Si el año pasado se calculaba que las botellas de cava vendidas para la bajada del Celedón eran alrededor de 30.000, en este 4 de agosto de 1999 se estima que serán 50.000 las que se descorcharán en el momento en que el muñeco caracterizado de aldeano inicie el descenso después del chupinazo. El encargado de prender el cohete será el nuevo alcalde de la ciudad, el popular Alfonso Alonso, quien ha prometido que en años sucesivos este honor recaerá en los grupos políticos con representación en el Ayuntamiento de Vitoria. Un síntoma de cambio en la organización de las fiestas que se verá también en la recuperación mañana, día de La Blanca, de la recepción de autoridades, a la que asistirán los primeros ediles de Bilbao, San Sebastián, Pamplona, Miranda de Ebro y una representación de los consistorios de Logroño y Bayona. Sin embargo, los alicientes del programa de fiestas para este 4 de agosto siguen siendo los tradicionales: la procesión de los faroles a partir de las diez de la noche por el centro de la ciudad, el concierto en la plaza de los Fueros (esta noche le toca a La Oreja de Van Gogh), el folklore vasco en la Plaza del Matxete con los gaiteros de Elciego, sin olvidar la animación alternativa de las txosnas. Será el comienzo de seis días de fiestas, en los que será imprescindible la animación de los blusas y las correspondientes fanfarrias.

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