Exteriores trata de aliviar la tensión con Chile

La decisión del Gobierno español de "estudiar con detenimiento" y consultar, "si fuera necesario", al Consejo de Estado las propuestas formuladas por el de Chile responde al deseo de aliviar la presión que el caso Pinochet está teniendo en las relaciones entre ambos.Chile es uno de los países con mayor presencia de capital español en América Latina y su presidente, el democristiano Eduardo Frei, era uno de los más firmes aliados de José María Aznar en su pretensión de incrementar la presencia de una derecha democristiana y liberal en ese área. Sin embargo, la última entrevista personal de Aznar y Frei, en Río de Janeiro, durante la reciente cumbre de la Unión Europea y América Latina, fue "difícil" y, en ciertos momentos, "tensa" por el asunto del ex dictador, según personas que asistieron a la misma.

La carta enviada el 11 de julio por Abel Matutes al diario chileno El Mercurio para aclarar la posición del Gobierno español y que no se siguiera "desinformando" fue la que generó la respuesta del canciller Juan Gabriel Valdés.

Matutes decía en ella que el Ejecutivo español había cubierto todo su margen de maniobra política al advertir al británico de que no se opondría a que interrumpiese la extradición de Pinochet por motivos humanitarios.

El escrito de Valdés no es más que la punta del iceberg del malestar chileno, que podría concluir con una crisis abierta entre los dos países si Pinochet es entregado finalmente a la justicia española.