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Ruegos y preguntas

DE PASADAY llegó el último punto. El punto 26, el de ruegos y preguntas. Después de una hora de intenso debate sobre recalificaciones de terrenos, reaperturas de expedientes, declaraciones de utilidad pública y alguna que otra resolución de la alcaldía, llegaron los ruegos y preguntas del primer pleno ordinario celebrado por el Ayuntamiento de Almería en la nueva legislatura. Todo este punto fue protagonizado por el único grupo que se halla en la oposición, el del PP, que cerró la ronda con la ex edil de Parques y Jardines, Carmen Galindo. "Bueno yo..., a quien corresponda, quiero rogarle que corrija la situación en la que se encuentran las ocho palmeras que plantamos hace tres años en el Parque Nicolás Salmerón y que he visto que están muy mal". Las risitas y los comentarios con el compañero de al lado se dispararon, aunque también hubo quien no se inmutó. "También he observado que en la calle La Chambre un alcorque sin árbol está en muy malas condiciones y el problema que tiene el olivo de la plaza santa Rita", prosiguió. El murmullo estéreo pero impersonal, la mofa generalizada pero indemostrable, se mantenía en el salón noble. "Y luego, en la calle Castelar hay unos maceteros que llevan vacíos mucho tiempo y un árbol que no tiene tutor y está a merced de cualquier cosa", concluyó. Los ruegos de la ex titular de Parques y Jardines podrían complementarse con la pregunta lanzada por el subdirector de El Sur, Pedro Luis Gómez, en un curso sobre periodismo y mujer celebrado estos días. El periodista recordaba cómo en el primer discurso que la ex ministra de Cultura Carmen Alborch pronunció en el Parlamento las crónicas informaron más acerca de su vestimenta y su desparpajo que sobre el contenido de su intervención. Lo de Alborch y Galindo es lo mismo pero al revés. Las dos hicieron su trabajo con empeño y seriedad pero no fue valorado, reconocido o respetado en toda su extensión por un extraño reconocimiento de lo importante. Nos pasa como al árbol de la calle Castelar pero al revés: el exceso de protección sobre un individuo traducido en cargos de responsabilidad, nombramientos de confianza o decisiones trascendentales que acarrean movimientos de capital y generan cambio (o sea, poder), convierten en banal, pueril y hasta poco importante lo que le ocurra al olivo centenario de la plaza de una ciudad. MARÍA JOSÉ LÓPEZ DÍAZ

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