"El PP no tiene capacidad de diálogo ni centralidad"
Pere Esteve (Barcelona, 1942) ocupa la secretaría general de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) desde 1996. Se estrenó hace dos semanas como eurodiputado y es padre de la Declaración de Barcelona, aunque ahora su principal preocupación es llevar a buen puerto -es el coordinador- la campaña de Jordi Pujol para las elecciones a la presidencia de la Generalitat catalana.Pregunta. Nadie quiere pactos con el PP. Ni en Aragón, ni en Baleares. ¿Van a ser ustedes los últimos aliados del PP? Respuesta. El PP es un partido que, salvo las grandes negociaciones de fondo que ha hecho con CiU, no tiene demasiada capacidad de diálogo ni centralidad. El PP no es capaz de ocupar un espacio rodeado de otros y de negociar con todos. Inequívocamente, CiU tiene centralidad, y el PP está demostrado que no.
P. En tres años que lleva ejerciendo el poder, el PP parece no acabar de cuajar una buena faena. Ahora que en las elecciones municipales tenía la oportunidad de darle la estocada al PSOE...
R. Al PP se las han puesto como a Fernando VII. Lo ha tenido muy fácil. Un partido que, más que ganar unas elecciones, se ha encontrado con que las pierde otro, con una situación económica favorable, con un socio muy de fiar -nosotros- , con una tregua en el País Vasco y una oposición sin un líder claro... Es difícil que las bolas para la carambola vuelvan a estar tan cerca.
P. ¿El viaje al centro se resuelve con fichajes?
R. Lo de centrarse lo hace un partido desde dentro, no con fichajes. Con fichajes mejoras el equipo. Y el último fichaje del PP es Piqué. Es un hombre de empresa con mucha solvencia como ministro de Industria, es un hombre con capacidad de comunicación. Pero la ideología no es su activo fundamental. El activo que le piden no es aquél del que estaba mejor dotado. En términos futbolísticos, si querían un medio volante, es evidente que han fichado a un extremo.
P. El apoyo de CiU al PP en Madrid, incluido el de los presupuestos para el 2000 y el del polémico asunto del lino, reduce las discrepancias entre ambos al terreno de las declaraciones. ¿No puede acabar dando la sensación de que escenifican?
R. Nuestro electorado sabe, y las encuestas lo dicen, que inequívocamente el pacto con el PP, como antes lo fue el pacto con el PSOE, es un pacto positivo por sus consecuencias. Pero, al mismo tiempo, también tengo muy claro que el pueblo de Cataluña sabe que CiU es muy distinto al PP.
P. La Declaración de Barcelona parece que tiene más vida en Europa -con la reunión intergrupos de los firmantes- que dentro de España.
R. La Declaración de Barcelona pretendía abrir el diálogo sobre la pluralidad de los estados y de Europa y, evidentemente, tiene vida porque no dejamos de hablar de ella. En el caso europeo, hay un compromiso electoral por nuestra parte que pide la propia Declaración. La forma lógica de exponer nuestras ideas de una nueva cultura política para Europa era crear un intergrupo y esto, en principio, si todo el mundo está de acuerdo, se hará próximamente. Esto incluirá a los firmantes de la Declaración y a quienes han manifestado su simpatía hacia ella.
P. Jordi Pujol dio a entender hace unos días que abandonará el tren después de la próxima legislatura. En la próxima estación, ¿quién subirá a la cabina del maquinista?
R. Pues subirán, claro que subirán. Nosotros hemos definido las estaciones de destino: pacto por el autogobierno, pacto fiscal, voluntad de progreso económico y social para Cataluña. Tenemos estación de destino, tenemos máquina y tenemos gente preparada para hacer de maquinista.
P. ¿Algún nombre de candidato a maquinista?
R. Usted sabe que, si yo le digo nombres, entramos en una dinámica en la que no tenemos ninguna necesidad de entrar. P. ¿Y Pasqual Maragall como maquinista?
R. Es el candidato alternativo más notorio que hay en este momento. Su proyecto es intangible, aunque no niego que lo intangible pueda generar humo e incluso ilusión. Él sólo tiene humo. Nosotros tenemos la máquina, los maquinistas, los vagones... Él es un candidato a maquinista y está ofreciendo sólo humo.
P. ¿No será el pospujolismo un viaje a lo desconocido?
R. Nosotros, CiU, tenemos proyecto. Y no sólo para la próxima legislatura, sino que va más allá. Esta misma semana, Duran Lleida y yo hemos presentado el proyecto Horitzó Catalunya 2010 como compromiso de los dos partidos para la próxima década.
P. Así que no habrá peleas entre candidatos a maquinistas. El panorama es idílico en CiU y el líder de UDC, Josep Antoni Duran Lleida, se resigna a ir en el puesto número ocho de la lista de CiU.
R. Por alguna razón, que seguro que existe, se les saca mucho más morbo a nuestras discusiones que a las que tiene cualquier otro grupo político. De todo lo que hemos estado hablando en esta entrevista, en pocas cosas Duran pensaría de modo muy distinto a mí.
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