Comienza la demolición de las casas del pueblo de Tiurana

La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), organismo dependiente de la Administración central, inició ayer los trabajos de demolición de los edificios y casas de Tiurana (Noguera), el primer pueblo que quedó inundado cuando a primeros del pasado mes de mayo se autorizó el llenado parcial del pantano de Rialb. Con esta actuación, que cuenta con un presupuesto de 125 millones de pesetas, se pretende eliminar futuros peligros. Estaba previsto que la demolición de la población de Tiurana se acometiera a mediados del próximo mes de agosto pero, al haber descendido el nivel de las aguas del embalse por el alto consumo de agua para riego, la CHE decidió adelantar la operación por razones de seguridad, ya que el estado ruinoso en que se encuentran muchos edificios del pueblo -una localidad deshabitada y cuyos edificios han estado ya en parte o totalmente inundados estos pasados meses- representa una situación de evidente peligro para los numerosos curiosos que visitan la localidad anegada, especialmente los fines de semana. "Por muchos carteles que pusiéramos para prohibir el acceso y advertir del riesgo de derrumbamientos, no podríamos evitar que la gente se paseara tranquilamente por las calles del pueblo", señaló un responsable del organismo hidráulico. Una máquina excavadora entró ayer en el pueblo y empezó a derribar los más de 400 edificios, entre casas y almacenes, que todavía estaban en pie en Tiurana, mientras un equipo de técnicos seleccionaba aquellos elementos arquitectónicos que serán desmontados cuidadosamente e instalados junto a la ermita de Solés, donde los vecinos han construido el nuevo cementerio. De todos los materiales procedentes de la demolición, sólo se retirarán aquellos que floten, como las maderas, para evitar posibles tapones en los desagües de la presa, que hace sólo unas semanas llegó a tener embalsados 58 hectómetros cúbicos de agua.