El Festival de Elche eleva el listón de los cortometrajes a concurso

La 22ª edición del Festival Internacional de Cine Independiente de Elche abrió anoche la sección a concurso con un incremento en la calidad de las producciones, según los organizadores. El hilo conductor de la violencia, tan recurrente en los pequeños formatos, ha dado paso, excepto en el vídeo, al humor, los problemas de pareja, los desvaríos metafísicos y la actualidad. Marionetas de plomo, un corto sobre los efectos colaterales de la guerra de Yugoslavia, inició la sección en 35 milímetros.

Sin glamour ni estrellas, sólo con la participación de los nuevos realizadores. El festival de cine de Elche, una de las pocas apuestas decididas por el celuloide entendido desde el cortometraje, abrió anoche sus salas de proyección a las últimas propuestas estéticas plasmadas en celuloide y escritas desde el punto de vista de todos los géneros cinematográficos. El certamen ha recibido en esta edición 294 películas entre las que se encuentran producciones nacionales (276) e internacionales (28). Las películas que se proyectan este año "no son excesivamente caras, no cuentan con localizaciones complicadas, ni con más de tres actores, pero se ha superado la calidad de otras ediciones", aseguró ayer el director del festival, José Jurado. Hasta el 30 de julio, en el que se celebrará la gala de clausura con la presencia de Rosa María Sardà, la homenajeada de este año, los cortometrajes a concurso se repartirán entre tres salas de proyección. El aula de cultura de la CAM, entidad organizadora del certamen, y el Gran Teatro, servirán de plataforma para que los realizadores en vídeo y 16 milímetros den a conocer sus producciones. El Hort del Xocolater, una sala de proyección al aire libre enclavada en un huerto de palmeras, acogerá cada noche a las diez y media las propuestas de los directores en 35 milímetros. El imperio de la violencia y el estilo Tarantino han quedado este año aparcados y las nuevas producciones apuestan por guiones de calado más humano. El Festival de Cine Indepenciente de Elche ha organizado, de manera paralela a la sección a concurso, la muestra de las óperas primas de algunos de los directores que, de forma anónima en muchos casos, han pasado con sus cortometrajes por el certamen. El alicantino Miguel Albadalejo, con La primera noche de mi vida; Mensaka, de Salvador García Ruiz; Tabarka, de Domingo Rodes y El milagro de P. Tinto, de Javier Fesser, serán los largometrajes propuestos. Durante esta semana, la organización ha preparado un ciclo de conferencias sobre el guión. Entre las propuestas para hoy en 35 milímetros destacan proyecciones como Disertaciones sobre una coliflor, de Carmen Conesa, Ruleta, de Roberto Santiago, con la interpretación de Aitana Sánchez Gijón, o Franco no puede morir en la cama, de Alberto Macías, con la participación de Luis Ciges. Una de las piezas interesantes del festival será el cortometraje de Federic Amat Viaje a la luna, basado en el único guión que el poeta Federico García Lorca dejó como legado. El guión, que apareció años después de su muerte, es un bombardeo de metáforas sobre el mundo que el poeta forjó durante su viaje a Nueva York.