La bandera en la Casa Blanca ondea a media asta por Kennedy
Por decisión personal del presidente Clinton, la bandera de las barras y estrellas que ondea en la Casa Blanca estuvo ayer a media asta. El presidente, acompañado de su mujer, Hillary, y de su hija Chelsea, acudieron ayer a Nueva York para asistir al funeral de John Kennedy y Carolyn y Lauren Bessette, muertos el viernes de la semana pasada cuando su avioneta se clavó en el océano cerca de la isla de Martha"s Vineyard, frente a las costas de Massachussets. Veinticuatro horas antes, las cenizas de los tres fueron lanzadas al mar muy cerca del lugar del accidente. "Como su padre, John tenía todos los dones excepto el de una vida larga", dijo en la ceremonia el senador Ted Kennedy, líder del clan y habituado a estas situaciones.Una vez más, la familia Kennedy se ha reunido para despedir a uno de los suyos muerto de forma trágica. Y lo ha hecho, como en las anteriores ocasiones, ante los ojos de los estadounidenses, que durante una semana, y en buena medida gracias al bombardeo de los medios, se han emocionado por la muerte de la persona que era el símbolo de uno de los símbolos más importantes del país: su padre, el presidente John F. Kennedy. A la ceremonia celebrada en Nueva York asistieron 350 personas. Sólo los que presentaban la tarjeta blanca de la invitación podían sortear los rigurosos controles que se habían establecido en torno a la iglesia de Santo Tomás Moro, el templo católico de Manhattan al que solía ir Jacqueline Kennedy Onassis y en el que se celebró también su funeral, en 1994. Cientos de personas con flores y carteles se apostaban detrás de las vallas policiales para asistir al siempre fascinante y morboso espectáculo de un funeral Kennedy.
"Celebrar la vida"
La ceremonia fue oficiada por el padre Charles O"Byrne, el sacerdote que casó a John y a Carolyn el 21 de septiembre de 1996 en la isla de Cumberland, en Georgia, y que también presidió el jueves el acto religioso del lanzamiento de las cenizas de los tres fallecidos al océano desde el destructor Briscoe. Además del senador Kennedy, también habló un amigo de la familia Bessette, Hamilton South. Según uno de los asistentes, el objetivo de las dos intervenciones fue "celebrar las vidas" de los desaparecidos, más que llorar su muerte. Actuaron un coro de gospel y el cantante de hip-hop Wyclef Jean.
Entre los asistentes estaba la mujer más compadecida por los estadounidenses: Caroline Kennedy Schlossberg, hermana de John, junto a su marido, abogado como ella; También Andrew Cuomo, secretario de Vivienda y casado con Kerry Kennedy, hija de Robert, y su hermana, la subgobernadora de Maryland, Kathleen Kennedy. Las dos, hermanas de Rory, a cuya boda se dirigían John y Carolyn el viernes por la noche: todos los que se habían dado cita para una celebración hace una semana en Hyannisport estaban ayer vestidos de luto en Nueva York. También asistió la familia de Carolyn y Lauren Bessette, que hoy tendrá su funeral, también privado, en la ciudad de Greenwich, en Connecticut.
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