PEDRO Y JAVIER LOS PECOS

El nombre de Los Pecos remite a una primera edad dorada del pop español, allá por los años setenta, y forma parte de la memoria sentimental de muchos seguidores que entonces eran chavales y hoy, padres. Tras muchos años de silencio, estos hermanos madrileños han vuelto a la carretera con un nuevo disco, El poder de tus ojos, y un sonido revestido de madurez y experiencia que conserva, sin embargo, la frescura de aquellos cinco primeros álbumes. Pregunta. El hecho de grabar con una multinacional, con producción de Joan Bibiloni, deja claro que la vuelta a los ruedos va en serio... Respuesta. La verdad es que siempre trabajamos con multinacionales: primero con CBS, que ahora es Sony, más tarde con Ariola, y de nuevo con Sony, la misma compañía en la que empezamos. Tenemos la sensación de que han apostado fuerte, teniendo en cuenta que vendimos 200.000 copias dobles del recopilatorio 30 grandes éxitos y un par de corazones. En cuanto al trabajo con Bibiloni, ha sido fantástico: el nuevo disco es el resultado de unir dos formas distintas de hace música, la suya y la nuestra. P. ¿Qué clase de público persiguen los nuevos Pecos? R. Por la experiencia de la gira del año pasado -y hablamos del directo, porque es la gente que vemos-, creíamos que sólo íbamos a encontrarnos a la gente que nos ha seguido durante 22 años de carrera. Y sin embargo, hemos dado con gente muy joven, que no había nacido en aquella época y en cambio coreaba todas las canciones. Por ello, nunca hemos querido encasillarnos. Empezamos con 15 y 16 años, cantábamos las cosas que nos pasaban y había gente que se identificaba con eso, nada más. P. ¿Cuántas vueltas le han dado a la cabeza antes de decidirse a regresar al mercado? R. El poder de tus ojos es un disco muy pensado, aunque en el estudio todo fue muy rápido, en apenas un mes estaba listo. Todo ha sido más fácil de los que pueda pensarse, porque realmente hemos mantenido el contacto con la industria. Pedro siguió trabajando en una compañía de discos durante tres años, y componiendo canciones para gente como Dyango, El Puma... P. ¿A qué se debió entonces la jubilación anticipada de Pecos? R. Fue un cúmulo de muchas cosas. La principal, que tuvimos que ir al servicio militar, porque en aquel tiempo no se reconocía la objeción de conciencia. Entre la mili de uno y otro, fueron casi tres años de inactividad, al cabo de los cuales nos replanteamos muchas cosas. Comenzaban a fraguarse movidas en Madrid, en Galicia, y había que evolucionar. Lo claro es que no nos marchamos por malos rollos: aquélla fue una época gloriosa para la música española, en la que se trabajaba y se ganaba dinero.