Escartín ya piensa en el futuro
Sigue hablando bajito Fernando Escartín. Agacha la cabeza y pega la boca al micrófono de las radios y televisiones y, sin hacer ruido, sigue diciendo cosas que no chirrían. Casi ni se nota que en una histórica semana al pie de los Pirineos ha culminado todos sus sueños deportivos: es podio del Tour, ha ganado una etapa de alta montaña y se ha revelado ante la afición como un atacante activo. Da miedo en la carrera. Zülle y Armstrong se ponen a hablar durante la fuga del miércoles. "¿Te has fijado lo fuerte que iba Escartín en la subida del Aubisque?", se dicen uno a otro. "Si hubiera querido, nos habría dejado en los dos últimos kilómetros". El colmo de las aspiraciones, parece. Y el aragonés que lo ha alcanzado, apenas deja traslucir su felicidad. Bueno, sí, le traiciona el brillo en sus ojos. Y lo que piensa del futuro. De eso habla. Lo hace poco a poco. "He llegado a esto trabajando y progresando poco a poco", dice Escartín, de 31 años. "No ha sido un subidón brutal, sino la confirmación de unas posibilidades que sólo entreví en serio hace un par de años, cuando quedé segundo por primera vez en la Vuelta. Y espero seguir evolucionando poco a poco. Y ahora viene la Vuelta. Ya pienso que puedo ganarla. Lo digo así porque confío en mis posibilidades y porque tiene tanta montaña... Es el año que más me ha gustado el recorrido. Sin embargo, será muy difícil, porque llegará gente como Ullrich o Pantani que llegará más fresca que yo. Pero yo confío mucho en mi gente. En Álvaro Pino, el director, que me ayudó mucho hace unos años cuando perdí la Vuelta en el abanico de Albacete, y en Ignacio Labarta, mi preparador físico. Fue él el que hizo mi programa de entrenamiento en 1995, cuando gané cinco carreras. Después me fui con Michele Ferrari y este año dejé al italiano y tenía mis dudas al volver con Labarta, pero todo ha ido perfecto. He seguido su programa al 110%. Y así estamos. Y no sólo yo. A medias con Eufemiano Fuentes, el médico, ha planificado también el trabajo de todo el equipo. Me gustaría seguir con él".
Escartín pasó del Clas al Kelme en 1996. Este año termina contrato con el equipo decano del pelotón mundial. "Sí, se puede decir que no tengo equipo para la próxima temporada, aunque, claro, confío no quedarme en el paro", explica. "Habrá que sentarse a hablar y escuchar todas las ideas. Me gustaría seguir en el Kelme, porque es una familia, pero no cierro las puertas a nadie". Y en este asunto también será clave Labarta, su amigo zaragozano desde hace 15 años, su director en el CAI aficionado, su preparador y también su representante. Ya se han puesto en circulación más que cifras, ideas. "Después de este Tour, Fernando debe ser el ciclista español mejor pagado", se oye en el ambiente. Lo que significa pasar de los 80 millones anuales actuales a los 130-140 que superen lo que gana Olano. Más Labarta, por supuesto.
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