La carne brava
A lo escrito en El precio de la carne brava (EL PAÍS, 10 de julio, página 37) quisiera añadir que la carne de los toros lidiados resulta ser de color rojo oscuro, no sólo por la influencia de sus condicionantes intrínsecos, sino también porque en el momento de la muerte del animal bravo todavía está presente en sus masas musculares un mayor flujo sanguíneo.Por otro lado, y aun cuando el autor del escrito señala con acierto que la carne de los toros corridos debiera mantenerse a temperatura de frigorífico unos cuantos días a fin de hacerla más comestible, no resulta vano advertir que a pesar de esa benéfica práctica, esa carne no es apta para el abasto al tratarse de "carne fatigada", si bien es de agradecer al respecto que el feriado ritual coquinario del estofado haya consagrado la transgresión del pertinente precepto sanitario y, por consiguiente, que el consumo de carne de toro lidiado cuente en toda España con la tolerancia de las autoridades competentes en la materia.- . .
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