Mucho barato

DE PASADA"En la vida todo está regido por el IPC". Esta frase implacable es seguro dogma de fe de economistas, empresarios, inversores... Todos lo sabemos, lo reconocemos y -veladamente y en lo más profundo de nuestro subconsciente- lo defendemos. Pero oír la frase así, a secas, y por boca de la concejala de Cultura -sí, es cierto, el debate está superado: la cultura también está en el sistema de mercado- duele sin saber por qué. La frase la dijo Concha Márquez (IU) a la hora de la presentación del cartel ganador que anunciará la Feria de Almería. La mujer sólo lo dijo para bien; o sea, para incentivar el concurso en futuras ediciones con premios más suculentos (este año se ha llevado 300.000 pesetas, sin IRPF). Pero, a pesar de todo, en cultura ya se sabe: es tan difícil valorar las creaciones... que mencionar el IPC es como relacionar deporte con dopaje. Algo hay de inesperado, de caótico y de improvisado en las acciones culturales que banalizan cualquier IPC. Para empezar, muchas ni se cobran, no pueden cobrarse y jamás se cobrarán. Es lo que una piensa después de haber oído la cantada que ofreció Fernando Guillén Cuervo en un local de San José a lo Frank Sinatra. El director de Año Mariano, película que acaba de terminar de rodar en las playas de Mónsul, en el Parque Cabo de Gata-Níjar, puso al público en pie tras entornar un memorable My way. "¿Quién es ese cantante, que me suena su cara?", se oía entre el selecto público madrileño y extranjero que abarrotaba la terraza del hostal de La Isleta de Moro. Su compañero de batalla, Karra Elejalde, tampoco se quedó atrás con una retahíla de chistes que obnubiló a los presentes y arrancó desenfrenadas carcajadas. A esto, imposible aplicarle el IPC, por lo gratis e improvisado de la velada. Lo que ocurre es que luego está lo planificado, lo estudiado y previsto. Si un concejal saliente anuncia -como anunció el ex edil de Cultura, Esteban Rodríguez- a La Vieja Trova Santiaguera, Raimundo Amador, Víctor Ullate, Witney Houston, Juan Luis Guerra, Pancho Céspedes, Chayanne o Sergio Dalma para deleite de los almerienses, no hay más remedio que adorar al IPC, venerar a san Pancracio o regar una planta de las del dinero colocada en el despacho. Eso o esperar que el Índice de Precios de Cantantes fluctúe por lo bajo este verano. "Mucho, bueno, barato", que dirían los vendedores que pasan por las playas estos días. MARÍA JOSÉ LÓPEZ DÍAZ