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Los abandonos de animales domésticos saturan los centros de acogida de las sociedades protectoras Sólo Andalucía y Extremadura carecen de una ley específica de protección

El abandono de perros y gatos se incrementa en el verano. Es una costumbre que han adoptado muchos veraneantes, que no pueden o no quieren llevar a sus animales de compañía con ellos. Y la opción más cívica, que es dejarlos en una sociedad protectora de animales, resulta cada día más difícil. Estas instituciones ya no tienen recursos ni espacio para alojarlos. Para la presidenta de la Sociedad Protectora de Animales de Málaga, Rosa Díaz, el problema consiste en falta de conciencia y de humanidad. "En la Sociedad no podemos sacrificarlos porque sí. Incluso los perros que nos llegan enfermos, buscamos que los atienda un veterinario, porque para eso formamos la organización", explica Díaz. Y señala que no entiende cómo los andaluces que se van de viaje pueden desprenderse de su mascota, abandonándola en la calle, más aún cuando, teniendo dinero para viajar, deberían prever en el presupuesto su cuidado, y recogerlos a su regreso. "En vez de eso, los abandonan y cuando regresan se compran otro perro, para abandonarlo el año que viene", dice. Actualmente la sociedad protectora de Málaga acoge a unos 500 perros. En verano suben los ingresos: de diez a veinte animales a diario, abandonados por sus dueños. Un problema que no tiene solución para Rosa Díaz. "Es imposible acoger más animales porque ya no tenemos lugar ni dinero para mantenerlos. Es un problema que nos desborda", afirma. "La gente llega con sus perros para que los adopte la Sociedad. Cuando se les dice que no hay espacio y que los animales están hacinados, ellos dan las gracias y se van por donde han venido", dice Díaz. El problema viene después: "Nosotros cerramos la puerta, y cuando la volvemos a abrir, vemos al pobre animalito amarrado a un árbol o a la perilla de la puerta", se lamenta. Pedro Luis Fernández, presidente de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Sevilla también se muestra apenado cuando explica cómo los lunes, a la vuelta del fin de semana, se encuentran a los perros abandonados por sus dueños a las puertas de su centro de Mairena del Aljarafe. "A veces, incluso lanzan los cadáveres de los animales por encima de la tapia. Es un espectáculo terrible". Su sociedad ha recogido en lo que va de año cerca de 4.000 perros. Para Pedro Luis Fernández el problema en Andalucía radica en la ausencia de un control institucional de los animales y de sus dueños. Según él, la solución pasa por una ley a nivel de comunidad autónoma que haga obligatorios varios aspectos que siguen siendo voluntarios: "vacunación, cartilla sanitaria y control por microchip son las tres patas para remediar el problema", afirma convencido Fernández. Sólo Andalucía y Extremadura carecen de este tipo de legislación. "En cualquier caso, ni siquiera las comunidades que tienen ley ejercen de verdad un control serio y una tutela sobre los animales que existen en su territorio. Este tema es un cachondeo y no existe conciencia ninguna", remacha Fernández. En Granada, la sociedad protectora local recogió 5.859 animales el pasado año, de los que la mayoría eran canes. En verano el número de abandonos aumenta casi un 25%. "La gente no deja al animal en la calle o la carretera, sino que prefiere traerlo aquí para que le busquemos una salida", explica Ángel Garach, gerente de la asociación. La sociedad dispone durante los mese estivales de un servicio de pensión donde los dueños pueden instalar cómodamente a sus mascotas. Los dos mayores centros de recogida de animales de Cádiz, en Jerez y Algeciras, con 350 plazas entre ambos, duplican en los meses veraniegos al número de ingresos: más de 60 al mes. En Cádiz también los loros sufren las vacaciones de sus dueños. Muchos de ellos son entregados al Centro de Recuperación de Especies Amenazadas de la Junta. Debido al descontrol que provoca la falta de normativa legal los casos varían según las provincias, y no en todas funcionan sociedades protectoras de animales. El Centro de Control Animal de la empresa municipal Saneamientos de Córdoba (SADECO) se limita a recoger aquellos animales que vagan sin propietario por la calle sacrificándoles tras esperar el plazo preceptivo a que alguien los reclame. En Almería no existe ningún tipo de tarifa establecida para mantener a los canes en la perrera municipal y siempre se espera durante una semana para sacrificar a aquéllos que no son reclamados por nadie. En verano se pueden llegar a sacrificar entre 14 y 16 perros por semana..

Información elaborada por: Ana Torregrosa, Guadalupe Lizárraga, María H. Martí, Francisco J. Titos, Jesús Cabrera, Fernando P. Monguió y Daniel Gil

Perros informatizados

Existe la posibilidad de identificar a los perros mediante un chip electrónico. Es una idea muy útil para evitar abandonos y extravíos. El ingenio, del tamaño de un grano de arroz, se inyecta bajo la piel del can y lleva grabados todos sus datos (raza, fecha de nacimiento, vacunas) y el modo de localizar a su dueño en caso de pérdida. Sin embargo, este sistema, pese a ser declarado obligatorio por algunos ayuntamientos andaluces, como los de Granada o Málaga, no ha tenido éxito. El problema es que, al no existir una normativa autonómica que lo imponga en toda la comunidad, los ayuntamientos no pueden exigir a sus dueños que lo implanten. Así, de los 10.000 perros existentes en Granada, sólo 1.800 (el 18%) ha adoptado el sistema. El jefe del área de Sanidad del Ayuntamiento, Francisco Muñoz, considera que el fracaso se debe a la "falta de concienciación de los dueños". Aunque, quizá, el precio del aparato sea una razón de más peso: los veterinarios, encargados de instalarlo bajo la epidermis, cobran entre 3.500 y 5.000 pesetas por la operación. En Málaga cuesta entre 5.000 y 10.000 pesetas. De los 150.000 perros que constituyen la población canina de Málaga, apenas 8.000 lo llevan. Otras muchas ciudades andaluzas estudian la posibilidad de utilizar ese sistema. Pero mientras no exista una ley autonómica de protección de animales, "esto seguirá siendo un descontrol", afirma Pedro Luis Fernández, presidente de la sociedad protectora de animales de Sevilla.

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