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TRAGEDIA EN LA N-VI

"No podía creer que se había caído un puente delante de mi coche"

El kilómetro 12 de la carretera de A Coruña, junto al Hipercor de Pozuelo, fue ayer un remolino de emociones. Muchos de los conductores que frenaron delante del panel de hierro derribado, celebraban su buena suerte. "Es increíble lo que ha ocurrido, pero después de ver lo cerca que ha caído de mi coche, sólo pienso en que me ha salvado", afirmaba Ismael, de 27 años, recostado sobre la puerta delantera de su coche. "Lo malo es lo que le ha ocurrido a los de ahí adelante", agregó. Un motorista se salvó por muy poco y logró reducir a tiempo la velocidad aunque no evitó un pequeño golpe contra el panel caído. Al final acabó en el suelo con una herida en la nariz y con la moto tirada en el suelo.

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"He sentido un golpe muy grande y he mirado el retrovisor creyendo que había sido atrás, a continuación he vuelto a mirar hacia adelante y ya estaba el puente caído, he tenido suerte, mucha suerte", decía.

"Creo que he vuelto a nacer", dijo Adela, de 34 años, que viajaba sola en un Peugeot 205 rojo. "Ése coche que ves es mío, menos mal que en esta zona no vamos muy deprisa los coches, d elo contrario no sé que hubiese pasado", añadió Adela.

Andrés Clemente, propietario de un restaurante en Madrid, paró su coche, un Ford Mondeo a diez metros del siniestro: "Iba a incorporarme a la M-40. Vi un golpe tremendo, humo y coches que empezaban a frenar de súbito. Estaba muy asustado, me he bajado del coche con las piernas temblando. No me podía creer que se había caído el puente. Los conductores nos mirabamos unos a otros sorprendidos".

Una vez recuperado del sobresalto, Miguel Molins, abogado, reflexionaba en voz alta sobre la fragilidad del puente y el desbarajuste que veía: "El panel estaba sujeto sólo con unas soldaduras que estaban totalmente despegadas, debería haber tenido unos volantes o una especie de sujecciones para evitar que el resquebrajamiento por el viento. Ahora el peligro no sólo va estar en el asfalto, también en los puentes".

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