Las carnicerías "halal" del barrio de Terrassa cierran sus puertas
VIENE DE LA PÁGINA 1 A medianoche de ayer un grupo de medio centenar de magrebíes se concentraron en la plaza Sant Jaume de Barcelona reclamando protección al grito de "somos trabajadores y no ladrones". Esta es la primera muestra de protesta y solidaridad con los acontecimientos de Terrassa. Ca n"Anglada se nutrió de inmigrantes procedentes de Andalucía en los años cincuenta y sesenta y ha sido siempre un barrio obrero y luchador contra la dictadura franquista y por las libertades. No en vano a la plaza que hoy es centro de los tristes acontecimientos racistas se la llama popularmente la plaza Roja. Ayer mismo, justo delante de la parroquía del barrio, un hombre amenazaba a una mujer magrebí. Juan, de 44 años, es un ejemplo de lo que se ha desatado en este barrio: "Venís aquí a quitarme el trabajo. Sois una mierda. Vais a bajar a Marruecos por huevos". Hafida, una mujer marroquí que lleva 17 años casada con un español, intentaba defenderse y se limitaba a decir: "Todo el mundo tiene derechos". La actitud de la esposa de Juan era distinta: "Vete a duchar, que hueles mal". Juan volvió al ataque: "Me voy a acordar de tu cara, mora, vas a ver esta noche, esta noche iré a por ti". Hay actitudes que no son extensibles a todo el barrio, pero los que no las aceptan se sienten impotentes ante la fuerza que han tomado los que se dedican a perseguir magrebíes o a lanzar piedras contra sus establecimientos. Una impotencia, como la que se veía ayer en los ojos de Josefina: "Lo primero que debemos tener son sentimientos, tenemos que amar al prójimo. Somos todos iguales". Josefina llegó hace 58 años al barrio, y durante muchos de ellos ha convivido con sus vecinos magrebíes. Tiene miedo ante tanta violencia. "A mí también me pueden pegar, como a los moros, porque también soy un poco diferente. Vivo con nueve perros y tres gatos y a veces me insultan porque tiro pan para los pájaros y dicen que ensucio". Ayer, todas las carnicerías halal -que venden carne sacrificada según el Corán- estaban cerradas. Sus propietarios habían optado por tomarse "unas vacaciones", eso sí, forzosas. Los rótulos habían sido destrozados a pedradas. En una tienda en la que el martes aún se podía leer Abdr, habían destrozado el aparato del aire acondicionado, adquirido unos meses antes. "Ha explotado la bomba" Jordi, de 25 años, que trabaja en un centro juvenil, estaba indignado ante la actitud racista de algunos de sus vecinos y comentaba: "Ha explotado la bomba y ahora todo el mundo quiere matar magrebíes al grito de ¡moros mierda! Es cierto que han venido skinheads, pero tienen el apoyo de vecinos de este barrio". Por su parte, el Ayuntamiento de Terrassa ha solicitado a las administraciones competentes que se refuerce la vigilancia en el barrio para evitar que se repitan los incidentes de los últimos días. El portavoz del consistorio para el conflicto de Ca n"Anglada, Jordi Laboria, destacó ayer: "Ahora, lo prioritario es apaciguar los ánimos y evitar más violencia; después podremos hablar de responsabilidades políticas o de cómo prevenir situaciones así". Laboria añadió: "Hemos pedido a la policía que ataje de raíz los grupos provocadores que aparecieron, por ejemplo, en la manifestación y, en definitiva, parar esta espiral de violencia". Laboria explicó que la sociedad para promocionar Ca n"Anglada que el Ayuntamiento tenía previsto impulsar se acelerará al máximo para ayudar a superar la situación que se vive en el barrio. El Ayuntamiento de Terrassa reconoció de esta manera ayer, por vez primera, el carácter racista de las manifestaciones de vecinos de Ca n"Anglada contra los magrebíes.
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