Garci analiza en Ronda al director de "Casablanca"
El director y productor José Luis Garci, hizo ayer un recorrido por la vida y la personalidad de uno de los directores más prolíficos del cine americano: Michael Curtiz, el padre de Casablanca y de más de un centenar de películas. "Es el tipo más representativo del cine de estudio", aseguró Garci. La actriz Cayetana Guillén Cuervo se encargó de Bette Davis, otra de las estrellas imprescindibles de la Warner Bros, dentro del curso de verano que la Universidad Rey Juan Carlos dedica a esta productora, en Ronda. "Curtiz fue un hombre que, uniéndose a una empresa, supo aprovechar su creatividad y su pasión para dar obras maestras", aseguró Garci. Y citó a modo de ejemplo tres películas "imperecederas": además de Casablanca, de la que dijo ser un apasionado, a Robin de los bosques, "la aventura en estado puro" , y Navidades Blancas. Una muestra de originalidad: "Los hermanos Warner le llamaron la atención para que no moviese la cámara, pero él no la movía por fuerza sino por necesidad". Garci presentó a un Curtiz "ingenuo y acomplejado" a su llegada a América, tras ser contratado por la Warner, uno de los cinco grandes estudios de Hollywood cuya meta era llegar a las clases medias con un ritmo de narración trepidante. Ingenuo, porque pensó que los fuegos artificiales que vio al atracar en Nueva York eran para él cuando la razón era muy diferente: era el 4 de julio, el día de la Independencia. Garci no se olvidó de la faceta más negra del director húngaro: su personalidad difícil. "Era un gran entusiasta, pero excesivamente duro y exigía mucho. Algunas de las cenas que organizaba en su casa las aprovechaba para planificar una escena", comentó. Guillén Cuervo, que fue directa al grano y calificó a Curtiz de directamente "insoportable" en el trato, se encargó de la actriz Bette Davis, "la cuarta hermana Warner". Aseguró que antes no le gustaba, pero tras conocer su vida le ha fascinado que "la realidad superó la ficción de sus películas". Davis, prototipo de la estrella de cine norteamericano, llegó a la Warner desde Broadway, donde "la crítica había comenzado a mimarla" y allí hizo sus mejores películas de finales de los años 40.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.