Todo, salvo las piernas
Saiz se hace responsable de cada detalle de las contrarreloj
Llega uno al hotel-cuartel general-campamento del ONCE la mañana de una contrarreloj y lo primero que hace es despistarse, restregarse los ojos no fuera que están viendo figuraciones y preguntar: Pero aquí, ¿quién corre la contrarreloj? ¿el ciclista vestido de negro y amarillo que hace sudar su cuerpo y piernas rodando con ligereza y agilidad sobre el rodillo? ¿o este señor tan serio y concentrado que parece que no vive en él, cargado de tensión y responsabilidad? Y no son preguntas retóricas. Son casi las 12 del mediodía. A la sombra, en un rincón, Abraham Olano desentumece las piernas haciendo 10 minutos de rodillo. En otro rincón, Manolo Saiz, el director del equipo, repasa mentalmente una y otra vez que todo esté en orden. Casi dan ganas de preguntarle a él, al director del ONCE, por su rutina los días importantes, tal como se hace habitualmente con el corredor. Y no intenten preguntar a Olano por el tema técnico. "De bicicletas, desarrollos y eso habla con Manolo", dice.
Aún por la mañana, cuatro horas antes de que Olano lo pasara mal en los alrededores de Metz, Manolo Saiz contaba cómo había preparado su contrarreloj. "Ayer por la tarde recorrí el trazado en coche, y vi que, exceptuando los primeros kilómetros, no es nada malo para Abraham, así que nos lo vamos a jugar con platos de 55 y 44 dientes, y piñones del 11 al 19[lo que le permite un desarrollo mínimo de 4,9 metros por pedalada para el repecho más duro, y un máximo de 10,5 metros, para cuando meta el turbo] . No, Abraham no ha hecho la contrarreloj y no conoce el recorrido. Considero que es una pérdida de tiempo y un desgaste excesivos. Antes de salir esta tarde hará una hora de rodillo más o menos y con eso tendrá suficiente. Los corredores suelen sacar conclusiones falsas sobre la dificultad de los trazados y, además, cuando se entrenan van a 30 por hora, con lo cual no saben exactamente si es dura o no. Por eso elijo yo los desarrollos, porque sé técnicamente dónde le pueden aprovechar más y conozco perfectamente su capacidad. Aunque Olano es, junto a Mauri, el corredor con mejor aerodinamismo que ha pasado por el equipo, me gusta que utilicen las bicicletas con la rueda delantera más pequeñas, de 650 milímetros de diámetro, que las traseras, de 700 milímetros. La bicicleta es muy ligera, de aluminio y titanio, andará por los 8,5 kilos con todo montado. Y da gusto con Olano. Es muy dúctil y obediente".
No hay equipo como el ONCE que, salvo días torcidos, mejor funcione en ese ejercicio. Desde los tiempos de Mauri, que ganó la Vuelta del 91 gracias a su ejercicio solitario; los de Zülle, su mejor purasangre; los de Jalabert, transformado en la factoría ONCE en campeón del mundo contrarreloj, hasta la recepción de Olano en su seno. Todo en la ONCE huele a contrarreloj. Sigue oliendo, pese a todo.
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