Robo ante la comisaría

Un lujoso y potente coche camuflado del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) de Lleida fue robado y utilizado el jueves por una banda de atracadores profesionales para apoderarse de un botín de más de 100 millones de pesetas en joyas y relojes tras asaltar una céntrica joyería de Andorra. Los ladrones, que utilizaron la técnica del alunizaje (empotrar un vehículo contra el escaparate), en un minuto consumaron el golpe. Si la policía leridana se quedó de piedra el miércoles al comprobar que uno de sus vehículos camuflados había volado del estacionamiento situado a pocos metros de la comisaría, en el paseo de Ronda, la del Principado de Andorra todavía no ha salido de su asombro ante la rapidez con la que actuó la banda para cometer un atraco que los andorranos sólo habían visto en el cine. En su huida, posiblemente hacia Francia, los ladrones abandonaron el coche de la policía en la población de Encamp. El guión de este robo de película empezó el miércoles en las mismas puertas de la sede central del Cuerpo Nacional de Policía en Lleida, cuando unos desconocidos sustrajeron un Audi Coupé de color azul metalizado, con matrícula de Lleida. Este lujoso turismo procedía de una confiscación judicial y al no llevar ningún distintivo policial externo era utilizado por los agentes para realizar con mayor discreción algunos servicios de vigilancia y seguimiento de delincuentes. Los ladrones, que a pesar de la profesionalidad demostrada en todo momento posiblemente ignoraban a quién pertenecía el coche que acababan de robar, pudieron ejecutar una acción previamente planificada tras burlar los controles instalados por los Mossos d"Esquadra y la Guardia Civil en las principales carreteras de la provincia. Incluso se alertó a las policías de Andorra, Francia e Italia. Además del Audi camuflado, los cuatro atracadores que intervinieron en el golpe también sustrajeron un Opel Kadet, que utilizaron como ariete para romper la persiana metálica que protegía el escaparate de la joyería Berna, un edificio de tres plantas situado en el número 53 de la céntrica avenida de Meritxell de Andorra. A continuación rompieron, con unos precisos golpes de mazo, los cristales de cuatro láminas antivándalos. El establecimiento asaltado, inaugurado hace pocos meses, está considerado uno de los más importantes de Europa y sus sistemas de seguridad están dotados de la más moderna tecnología. La rapidez de la acción se convirtió en el principal aliado de los delincuentes: en menos de un minuto limpiaron los relojes de lujo, las joyas y los diamantes que había en el escaparate. Según los primeros cálculos, el botín ascendió a unos 100 millones de pesetas, aunque no se descarta que el importe de los objetos robados sea muy superior. Los ladrones huyeron en dirección a la frontera francesa y abandonaron el coche robado a la policía. En este caso no puede decirse que el sistema de cámaras de vídeo y de sensores sísmicos y térmicos de la joyería no funcionara, ya que tardaron dos segundos en alertar del atraco desde que el Opel Kadett alunizó en el escaparate. Los delincuentes escaparon por los pelos, ya que un minuto y cinco segundos después de darse a la fuga llegaron al lugar del atraco la policía andorrana y los propietarios de la joyería. Un total de 16 cámaras registró cada uno de los movimientos de los atracadores en el escaparate de una joyería que tiene 900 metros cuadrados.