Un príncipe canta
DE PASADAMientras Celia Villalobos andaba destituyendo como del rayo a gerentes -Eugenio Chicano- demostrando su voluntad de no usar las mayorías absolutas en plan mazo, sobre el escenario del Teatro Cervantes -donde sí seguirá Salomón Castiel- cantaba un príncipe africano a todo el mundo. Era viernes y noche. Allí, Youssou N"Dour y parte de su orquesta, la Super Ètoile de Dakar. En Senegal es un dios: allí es más conocido que el presidente. Decenas de compatriotas del rey se habían infiltrado entre los blanquitos que pagaban entre 4.000 y 800 pelas para escuchar a un músico grandioso. "Es nuestro líder", decía un paisano del hombre elegante que sube cinco octavas en varios idiomas, tras un concierto que fue como una misa, un acto político, una catarsis, una revolución pequeñita en una Bastilla chica. Javier Ojeda, cantante de Danza Invisible, abrazaba a Jesús Sancho, responsable de la recuperación del archivo flamenco de la EMI-Hispavox: "es el mejor concierto que he escuchado en años", se jaleaban tras el concierto. Es cierto. Más allá de la soberbia cualidad rítmica y tímbrica de su música, de la calidad del sonido -el de Rubén Blades el martes fue muy regular-, N"Dour entiende su música como vehículo de esperanza en un continente donde la gente es arrasada y manipulada en función de los intereses de dictadores de allá o de los señores respetables de acá. Ahí coincidió con el panameño Blades, cuando éste dijo: "Sólo el silencio mata; hay que impedir el olvido", antes de recordar en una canción al asesinado obispo Romero. Las letras de You no parecían tan necesarias en Málaga (¿o sí?). Pero su música y la manera de celebrarla, sí lo fue. No pasaron dos canciones para que una treintena de personas -negros en su mayoría- rompieran el protocolo y se pusieran en pie de baile, mientras los demás nos debatíamos aferrados al banco con las caderas rechinando y moviendo cabezas y manos. Cinco canciones antes de acabar el concierto, hasta los blanquitos nos acabamos levantando ¡todos!, bailando entre las selectas butacas del Cervantes como en un ritual. Con el sudor dejando los Armani hechos un cisco, la gente flotaba, caminaba a compás. La etiqueta, el protocolo, lo selecto del lugar, en tales circunstancias no eran sino sobrepeso de inferioridad. Majestuosos, salían africanos de escuchar a su rey. Un gen oculto nos salvó de no entender nada. Los blancos parecíamos más felices cuanto más negros. Las minorías fueron generosas con nosotros. HÉCTOR MÁRQUEZ
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
El Rayo celebra con un festín de goles ante el Drita su pase a octavos de la Conference
Finabien Paisano: las claves del programa dirigido a migrantes que envían remesas
El Valencia Basket, muy incómodo en Israel, cede ante el Maccabi
Estados Unidos sanciona a 29 buques de la “flota fantasma” iraní y endurece la presión sobre Teherán y Venezuela
Lo más visto
- Los hijos de Isak Andic negocian un acuerdo para pagar 27 millones a la pareja del empresario y cerrar el conflicto por el legado
- Irene Escolar: “Si la gente se droga es porque encuentra en ello una anestesia que necesita. Negarlo es absurdo”
- El Supremo condena a ‘Okdiario’ y a Eduardo Inda por intromisión en el honor de Iglesias al acusarle de cobrar de Venezuela
- La población de pumas de la Patagonia se dispara gracias a una presa inesperada: los pingüinos
- La asociación mayoritaria de guardias civiles no está de acuerdo con la DGT en sustituir los triángulos por la baliza V16




























































