La Mancomunidad de la Costa la presidirá Sánchez Bracho o Fernández Montes
El alcalde de Torremolinos, Pedro Fernández Montes, y el número uno del PP en Estepona, Manuel Sánchez Bracho, se perfilan como los candidatos para presidir la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental. Los populares, con el apoyo del PSOE e IU, desplazarán en la institución al alcalde de Marbella, Jesús Gil.
La Mancomunidad estaba presidida por Jesús Gil desde las elecciones municipales de 1995. Ahora el Partido Popular tendrá el apoyo del PSOE y la semana pasada de IU, que anunció que "no tiene inconveniente" en que el próximo presidente sea del PP al ser la fuerza política que contará con más representantes en la comisión gestora: siete de 22. La ejecutiva provincial del PP baraja también como posible candidata a la presidencia a Esperanza Oña, alcaldesa en funciones de Fuengirola, que encabezó la moción de censura contra Gil presentada en la Mancomunidad el pasado 11 de enero. Pero todo apunta a que el partido se decante por Fernández Montes o Sánchez Bracho ya que Oña aunque afirma que "está a disposición del partido" no ha mostrado "un gran interés en este cargo", según fuentes de su entorno. La decisión final entre Fernández Montes y Sánchez Bracho depende de que los populares quieran poner al frente de la mancomunidad a un alcalde o se decidan a impulsar en la Costa del Sol la figura del segundo. Sánchez Bracho, que fue presidente provincial del CDS y alcalde de Estepona hasta 1991, será primer teniente de alcalde de esta localidad tras el pacto con el PSOE que se consagrará en la investidura del 23 de julio. Lo que está fuera de dudas es que el PSOE, que cuenta con seis representantes en la Mancomunidad, apoyará a la persona designada por el PP. Así lo aseguró su secretario provincial, Juan Fraile, quien dijo, que el acuerdo para este órgano que agrupa 11 municipios de la Costa entra dentro "del pacto general para impedir el ascenso del GIL". En cualquier caso, el GIL no podrá jugar ningún papel en este mandato, ya que de los siete miembros que tiene pasará a tener cuatro como mucho al contar tan sólo con las alcaldías de Marbella y Casares. José Luís Centella, secretario provincial PCA en Málaga, también aseguró el apoyo de sus tres o cuatro representantes -aún está por ver si consiguen uno en Casares, donde gobierna el GIL con mayoría simple- al candidato popular por las mismas razones que los socialistas. Pero fue más allá y expresó su temor a que Gil intente retrasar "con todas las argucias" el traspaso de poder. En todo caso, para que se pueda conformar la nueva Mancomunidad tienen que constituirse todavía tres ayuntamientos donde un recursodel GIL ha retrasado hasta el próximo 23 la investidura del nuevo alcalde: Estepona, Benahavís y Fuengirola. Por lo que, como muy pronto hasta septiembre el órgano supramunicipal no estará configurado. El presidente del PP en Málaga, Manuel Atencia, declaró ayer que "para la formación de un gobierno no entra en los planes contar con el Grupo Independiente de Benalmádena", con el que Bolín tiene la mayoría absoluta. Otro de los temores es que Gil, cuya versión no ha podido recoger este periódico, saque a Marbella de la Mancomunidad y deje al resto de los ayuntamientos las deudas pendientes. La desaladora, que no ha llegado a funcionar, costó casi 9.000 millones de pesetas. Además de los intereses acumulados, su mantenimiento cuesta unos 500 millones al año. Gil siempre ha mantenido que su financiación estaba asegurada por la UE, al 85%, y por la Junta al 15%, pero lo cierto es que al día de hoy no se ha pagado una peseta. Del órgano depende también la gestión de aguas y basura a través de la empresa pública Acosol, que es la que abastece en alta (hasta el depósito municipal) a los municipios, y la Planta de Residuos Sólidos Urbanos de Casares que se inauguró a finales de mayo y todavía no ha entrado en funcionamiento. Su costo ha ascendido a 3.600 millones de los que la UE financiará más de la mitad.
