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TRÁFICO

La autovía de los 250 por hora

La carretera de A Coruña y otras vías públicas se usan como pistas de pruebas con coches que violan la ley

"Sólo hay que encontrar una carretera con una buena recta y entonces meterle zapatón al coche hasta que se ponga a lo que dé". Ese "a lo que dé" significa infringir la ley a una media de 250 kilómetros por hora, y en algunos casos, cuando el coche es un Porche Carrera, a 290 kilómetros. Quien lo cuenta es uno de los probadores de coches que trabaja para una revista especializada. Un piloto que asegura que esa vía ideal "con una buena recta" existe y se encuentra en la carretera de A Coruña. Dos tramos, uno entre Adanero y Arévalo y otro entre Arévalo y Tordesillas, y uno más en la nacional 620, de Tordesillas a Simancas. Son tres lugares en los que cualquier conductor se puede ver sobrepasado a más de 200 por hora.

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Una mujer cuenta que, hace apenas tres semanas, un coche le superó a toda velocidad en este último tramo: "Era viernes y cerca de las siete de la tarde. Yo circulaba a 120 por el carril de la derecha y un Ford azul en el que viajaban dos hombres me pasó a toda mecha por la izquierda. Debía de ir a 200 por hora. Más tarde coincidí con ellos en un bar de carretera donde escuché una conversación entre dos personas que al verlos dijeron: "Cualquier día, por culpa de éstos, va a haber aquí una desgracia".

"El lugar más utilizado es desde Adanero a Arévalo "[provincia de Ávila], asegura el piloto. "Yo suelo probar allí de cuando en cuando. Nada más salir de los controles de peaje de la autopista A-6. Esa carretera tiene una recta de unos ocho kilómetros y es la que utilizamos la mayoría de las revistas. Si en ese tramo hay demasiada policía, vamos más allá. Pero es el único lugar a menos de 300 kilómetros de Madrid donde existen rectas que nos permitan hacer estas mediciones. Y estoy seguro de que la Guardia Civil está al tanto".

Entre Adanero y Arévalo, la autovía discurre en una enorme recta, de dos carriles en cada sentido, de 11 kilómetros con el firme en muy buen estado, sin cambios de rasante y buena visibilidad. Pasado Arévalo hacia Tordesillas (entre los kilómetros 130 y 138) hay otra recta de ocho kilómetros. En la N-620, de Tordesillas a Simancas, es de 10 kilómetros (del 138 al 148) y con una pequeña curva muy abierta a mitad de camino. En los tres tramos, como en cualquier autovía española, el límite de velocidad permitido es de 120 kilómetros por hora.

El piloto continúa: "Para probar un coche hay que controlar que la Guardia Civil no esté en la zona y estar muy atento a los radares. Hay otras carreteras que también se usan para hacer pruebas. Cada maestrillo tiene su librillo. Lo cierto es que, sumando el número de revistas especializadas, unas veinte, hay coches de pruebas por las carreteras todas las semanas".

Un experto en el sector automovilístico explica que, dentro de las pruebas llamadas de medición de prestaciones, hay sólo dos en las que es imprescindible violar la ley: "La de velocidad punta y otra que se llama de kilómetro lanzado". Y especifica cómo se realizan: "Para las mediciones de velocidad punta primero se da una pasada general para ver dónde están los radares. Cuando los tienes localizados, se detiene el coche en el arcén y se pone un cronómetro en marcha hasta conseguir un minuto y medio sin que pase ningún vehículo por la carretera. Entonces se aprieta el acelerador a tope hasta que el dispositivo de medición que llevamos adosado al coche (una especie de quinta rueda) termine de sumar velocidad. Si el coche es un poco potente, de la gama media, normalmente sobrepasa los 200. Para la prueba de kilómetro lanzado el método es el mismo, pero la distancia a recorrer son sólo dos kilómetros. En esa prueba, un Audi S3 se pone a 201 por hora, y un Volkswagen Beetle, a 164, por poner dos ejemplos".

Muchas veces las mediciones no se pueden hacer a la primera porque se les cruza otro coche o algún vehículo que no han podido controlar se incorpora a la autovía y se interpone en la carrera. En ese momento tienen que frenar. La prueba no es válida. Las mediciones se realizan a cualquier hora salvo en verano, cuando por el calor se prefieren las primeras y últimas horas del día.

Uno de los pilotos habituales en este tipo de pruebas asegura que el peligro para la seguridad vial es mínimo, puesto que los probadores son expertos y se procura que las vías estén expeditas al realizar estas pruebas. No obstante, debido al tráfico, siempre hay que hacer las pruebas una media de cuatro o cinco veces.

El sigilo con el que actúan podría explicar que tanto la Guardia Civil como las jefaturas provinciales de Tráfico por las que discurren las carreteras declaren desconocer estas actividades: "No tenemos conocimiento de que se realicen", dijeron los jefes provinciales de Tráfico de Ávila y Valladolid, así como la Guardia Civil de Arévalo y Adanero. Sin embargo, el asunto está en boca de los habitantes de la zona. Juan, el encargado de la gasolinera Avia de Arévalo, no tiene ninguna duda: "Hace años que los veo pasar por la carretera con cierta frecuencia y sé que son probadores de coches porque llevan un aparato extraño pegado en el vehículo. Aquí no paran. Cambian de sentido y vuelven hacia Adanero. Algunos también siguen hacia Tordesillas".

Tampoco lo dudan en la gasolinera de Orbita, un pueblo a medio camino entre Adanero y Arévalo. "Los venimos viendo desde que se abrió esta gasolinera, hace dos años", dice Pelayo, uno de los empleados. "Sabemos que se dedican a las pruebas porque nos lo han dicho ellos al preguntarles por esos aparatos que llevan pegados a los coches. Además, se sirven ellos mismos para llenar a tope el depósito y poder medir el consumo. Normalmente vienen en grupos y prueban varios coches. Ahora, hace unos 20 días que no les vemos, pero vienen con frecuencia".

La legislación española en vigor prevé la posibilidad de que fabricantes y vendedores puedan solicitar una autorización especial para probar vehículos en carreteras públicas, pero ese permiso, en caso de que se obtenga, no permite sobrepasar en más de 30 kilómetros por hora el límite establecido en la carretera que se esté probando.

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