Campañas amenas

Recientemente piqué en una campaña amena y agresiva de venta de móviles con prepago y entrega en seis días. Como cliente de un operador con mucha vista, me enviaron una amena carta ofreciéndome tales móviles. De los tres modelos que ofertaban solicité el intermedio, que pagué mediante tarjeta de crédito. Una agencia de mensajería me entregó un paquete con un modelo diferente al solicitado. Los errores existen, todos los hacemos, y hasta ahí, la situación se puede comprender. Lo ameno empieza tras comunicar el error, incidencia que anotaron diligentemente en el servicio de atención al cliente. Durante una semana no me contactaron. Al insistir, me encontré con la amena sorpresa de que los agentes de este servicio ni siquiera conocían un número de fax para enviarles la reclamación por escrito. Cuando lo conseguí, o eso creí, quise comprobar si la recibieron llamando repetidas veces para poder hablar con un agente de Barcelona. En ese momento me llevé otra amena sorpresa al ser informado de que el número de fax al cual había enviado mi queja era desconocido para ellos. Reenviada mi reclamación, sigo esperando.- .