El alcalde en funciones de Boadilla ordena a la policía expulsar a dos ediles de la oposición
En sólo tres días, el alcalde en funciones de Boadilla del Monte, Ángel Galindo, de Los Verdes-Grupo Verde, ha revolucionado el Ayuntamiento. Mientras la alcaldesa, Nieves Fernández, del PP, se ha ido de vacaciones sin formar su equipo de gobierno, Galindo hace y deshace a su antojo. Ayer ordenó a la policía local que expulsara a dos ediles de la oposición que iban a ofrecer una conferencia de prensa -"aquí mando yo", argumentó-, y luego firmó como "alcalde funcionando" un escrito para paralizar una obra de 618 millones -"ahora soy el que corta y pone", dijo-.
Galindo explicó ayer durante dos horas las razones por las que, en el último momento, dejó en la estacada al PSOE y al grupo Eficacia Independiente (EI) y pactó con el PP para formar equipo de gobierno en Boadilla (18.900 habitantes). Acudió protegido por dos policías locales, que se apostaron en la puerta de la sala hasta que acabó la conferencia de prensa. En su comparecencia dijo que se unió al PP porque le daba "pena cómo estaban tratando a la alcaldesa sus propios compañeros de partido". Añadió que rechazó la oferta de socialistas e independientes porque detrás de las siglas EI se esconde "un entramado oscuro" con el que no quiere relacionarse. Ramón González Bosch, edil de EI, asegura que esa afirmación "es una de las múltiples locuras de este personaje que se cree un iluminado". Precisamente González y la concejal socialista Carmen Gómez iban a dar otra conferencia de prensa en la sala de juntas, lugar donde habitualmente se celebran bodas y se firman convenios. Pero a los ediles de la oposición les interrumpió una pareja de la Policía Municipal. Los ediles se trasladaron a la planta baja del edificio, pero los agentes les obligaron de nuevo a desalojar. Les expulsaron del Ayuntamiento, y finalmente, en plena calle, fue donde los concejales dieron la conferencia.
Los agentes cumplían ordenes directas del alcalde en funciones. Con un expeditivo "¡aquí mando yo!", Galindo justificó la expulsión. Añadió que actúa así porque él es "el mejor alcalde que puede tener Boadilla".
Los portavoces de la oposición anunciaron ayer que interpondrán una denuncia contra Galindo por coacciones y amenazas. "Ha demostrado ser un fascista, un antidemócrata y un prepotente", explicó Gómez. González le calificó como "un loco que no atiende a razones y que se cree un iluminado".
Estos ediles responsabilizan de lo ocurrido a la alcaldesa, del PP, por abandonar el consistorio en manos de Galindo. El secretario general del PP de Madrid, Ricardo Romero de Tejada, afirmó que llamará al orden a la alcaldesa porque "no se debía haber ido de vacaciones sin distribuir los cargos del Ayuntamiento". Y advirtió que la regidora "tendrá que asumir responsabilidades por este desaguisado".
Pero Galindo ha sacado aún más provecho de su alcaldía temporal. Ayer ordenó la paralización de una gran obra municipal cuyo presupuesto es de 618 millones. Se trata de la construcción de un edificio multifuncional de cuatro plantas, en la calle de José Antonio, y en el que se instalará una casa para mayores, un gimnasio para el colegio público Príncipe Felipe (de unos 400 alumnos) y unas oficinas municipales.
"Ésta es una obra largamente esperada en Boadilla, puesto que el colegio lleva más de diez años sin gimnasio y el centro de mayores se ha quedado pequeño", criticó Gómez.
"Soy el jefe del urbanismo"
Galindo envió un escrito a la constructora en la que les explica la conveniencia de parar las obras al día de ayer porque tiene otros planes para ese lugar: quiere construir en lugar del edificio una plaza en superficie con un aparcamiento subterráneo. "Yo soy el jefe del urbanismo de Boadilla, el que corta y pone", señaló el regidor en funciones.
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