Almeida califica a Ruiz-Gallardón de "hipócrita", "misógino" y "mala baba"

La segunda y última jornada del debate de investidura se centró ayer en un fuerte y bronco enfrentamiento entre Alberto Ruiz-Gallardón, presidente regional, y Cristina Almeida, presidenta del grupo parlamentario PSOE-Progresistas. Almeida, que el día anterior había sido acusada de tránsfuga por Ruiz-Gallardón (obtuvo su escaño en el Congreso bajo la siglas de IU), calificó al presidente regional de "hipócrita", "presuntuoso", "cínico", "misógino" y "mala baba". Ruiz-Gallardón le respondió que, "por primera vez en esta Cámara, un portavoz ha proferido insultos de esta naturaleza".

Alberto Ruiz-Gallardón y Cristina Almeida se cruzaron a lo largo de la segunda sesión del debate de investidura -que duró seis horas- una larga retahíla de insultos, descalificaciones y acusaciones variopintas sobre sus pasados políticos, sobre el presente y sobre el futuro. Lo que sigue a continuación es un resumen de los ataques y contraataques de ambos dirigentes políticos durante el pleno de investidura en el que Ruiz-Gallardón fue elegido, por segunda vez consecutiva, presidente regional con 55 votos a favor (los del Grupo Popular) y 46 en contra (IU y PSOE).

Almeida. No lamente ahora [en referencia a la alta abstención de las elecciones autonómicas] lo que propició entonces; no sea, como casi siempre, un hipócrita. (...) A pesar de los esfuerzos hechos por usted ayer, con la dosis de cinismo que habitualmente le acompaña, para que el consenso fuera de principio imposible.

Ruiz-Gallardón. Frente a sus calificativos, mi silencio y mi respeto. Sus insultos no han aportado nada a la historia de esta Cámara, ni a su equipaje personal, ni ha enriquecido al grupo que representa. Por respeto a ese grupo y a la ideología del partido al que representa, aunque no forme parte de él, no vuelva a insultar.

A. Sus apoyos fuera de la Administración que preside se cifran, en un día tan importante para usted, en el señor Gómez-Angulo, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Madrid. Señor Ruiz-Gallardón, menos mala baba y más ver la viga en ojo propio que la soñada en el ajeno.

R.-G. Usted confunde el debate de investidura con el acto protocolario de la toma de posesión. Además, la mitad de mi vida la he pasado en el mismo partido. No he tenido otra casa. Un partido es una convivencia de ideas, una relación de afecto que supera el interés personal. O estoy en el PP o no estoy. Ángel Pérez, en cambio, le reprochó a usted que hiciera la campaña con el escaño de IU.

A. Estoy poco acostumbrada a que se me insulte con dureza y que luego se ponga cara de no haber roto un plato. Aunque usted no pone mucho ardor, más calladito y más tieso también le da, e insulta más duramente.

R.-G. Nunca pensé que usted fuese tonta, sino que ha venido sin prepararse el discurso y sin conocer la Comunidad.

A. Mis palabras no son insultos, sino descripciones de actitudes. Usted me llama tonta, dice que no me entero, que si me he llevado el escaño. Usted tiene algo atravesado. Es cierto que he venido la última, pero no soy tonta ni ignorante. En cambio, usted es elegante, inteligente... Usted lo que es, es un superempollón. Además, en sus palabras hay una actitud misógina y algo despreciativa. Mal lo tiene usted que estar pasando para ser tan agresivo y para haber perdido los modales; a lo mejor pretende ningunearme porque no le gusta nada que sea una mujer quien va a hacerle la oposición, pero, a pesar de su tono misógino, me va a tener que soportar cuatro años.

R.-G. De todas sus condiciones, la de mujer es mi preferida.

A. No tiene que recordarme usted de dónde vengo y yo no le diré adónde pretendía ir usted en la legislatura del 87 al 91, cuando le faltaban votos para su propósito de gobernar .

R.-G. Dice que nunca se han opuesto al metrosur. Pues aquí tengo un ejemplar del programa electoral del PSOE, con su nueva foto, donde pide el desarrollo de la red de metro en superficie, en superficie, le repito, que penetre en el centro de las ciudades del sur.

A. No tiene derecho a atacarme personal y tan burdamente, buscando divergencias en el grupo PSOE-Progresistas que no existen, buscándome una soledad y un desamparo político en los que no me encuentro y donde usted proyecta su propia situación.

R.-G. No me extrañaría que pronto quiera pasarse al PP, porque nos ha insultado como hizo con un ex presidente de Gobierno [en referencia al socialista Felipe González] al que llamó charlatán de feria.