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Un Ayuntamiento gallego se constituye en un hospital por una crisis cardiaca del alcalde

La constitución de los ayuntamientos en diversas localidades gallegas tuvo rasgos especiales. Por ejemplo, el alcalde de Gondomar (Pontevedra), el popular José Carlos Silva Mariño, tuvo que jurar su cargo en una habitación de la clínica viguesa Povisa, a la que se desplazaron los miembros de la mesa de edad del consistorio. Silva Mariño fue hospitalizado con una crisis cardiaca al día siguiente de las elecciones, en las que el PP obtuvo la mayoría absoluta por lo justo: nueve concejales, cuatro menos que en la anterior cita con las urnas. Hubo un caso en el que, al final, ni siquiera puedo constituirse la corporación. Manuel Gallego Vila (PP) ya era alcalde de Taboadela (Ourense, 1.500 electores) en el franquismo. Así que no parece que le inquieten particularmente las prisas por tomar posesión en su nuevo mandato. El sábado se fue de viaje, Nadie sabe a dónde.

En el Ayuntamiento sólo comparecieron la secretaria y los dos concejales de la oposición. El regidor había avisado a los otros seis de su grupo de la suspensión del acto, pero se olvidó de los demás, que aún no han salido de su perplejidad.

Otro vestigio del franquismo, José Castro, seguirá en la alcaldía de Ponteareas (Pontevedra), que ostenta desde 1968. Inhabilitado por dos sentencias del Tribunal Supremo, la no resolución del amparo, que pidió ante el Constitucional, ni del indulto, ante el Gobierno, le ha permitido concurrir y ganar las elecciones encabezando una lista de independientes tras ser expulsado del PP.

Los concejales de este partido, el PSOE y el BNG no consiguieron ponerse de acuerdo para impedir la renovación del mandato de Castro. Los socialistas y los nacionalistas abandonaron el salón de sesiones cuando empezó su discurso de investidura para mostrar así su protesta por su renovación.

En la casa de Adolfo Varela, en Carballo (A Coruña), está prohibido hablar de política durante las reuniones familiares. Tiene dos hijos de edades próximas y otras coincidencias vitales. Los dos son maestros y entrenadores de fútbol después de haber jugado en el mismo equipo local, uno como libero y otro como defensa central. Y los dos son alcaldes, uno en Carballo, por el PP, y el otro, en Malpica, por el PSOE. De ahí que, aunque siempre fueron también juntos a las verbenas, en la mesa paterna no se hable de política.

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