IVONNE LALLANA SUBCAMPEONA MUNDIAL DE TAEKWONDO "El taekwondo da medallas, pero no mueve masas"
La ciudad canadiense de Edmonton ha ratificado su despegue definitivo. Ivonne Lallana (Basauri, 1976) ha logrado allí el subcampeonato mundial del peso medio de taekwondo ayudando con ello a la selección femenina española a alcanzar la segunda plaza por detrás de la potente Corea. El resultado obtenido por la deportista vizcaína da la razón a quienes han confiado en ella permitiéndole disfrutar, al menos por ahora, de una de las becas ADO, destinadas a ayudar a los deportistas de élite de cara a los próximos Juegos Olímpicos que se celebrarán en Sidney (Australia). Pregunta. ¿Esperaba lograr este resultado en el campoenato mundial? Respuesta. La verdad es que después de haber obtenido el año pasado la victoria en la Copa del Mundo era optimista. Sin embargo, en el deporte individual nunca hay nada garantizado. Por ello es maravilloso que todo haya ido tan bien de golpe. P. Usted sigue residiendo en Basauri. ¿Dificulta eso también entrar en la selección? R. Creo que no. Hasta ahora he tenido suerte de ser llamada para los campeonatos sin necesidad de vivir y entrenar en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Barcelona. Me ha bastado con acudir allí exclusivamente para las concentraciones. Lo único que envidio del CAR es el servicio médico. En todo lo demás, la situación es perfecta, especialmente el hecho de poder vivir con la familia en el entorno habitual. P. Creo que a su vuelta del mundial ha sufrido un percance curioso. R. Desde luego, porque la compañía aérea extravió mi equipaje y en él viajaba la medalla que tanto me ha costado conseguir. Cuando llegé a casa sólo tenía el diploma. Era lo que me faltaba pues, a mi escasa disposición a volar, se unieron unas enormes turbulencias que convirtieron el viaje en terrorífico. P.¿Por qué el taekwondo se sigue viendo casi como un deporte anecdótico? R. Falta el reconocimiento merecido después de haber sido, por ejemplo, el deporte que más medallas dio a la selección española en los Juegos de Barcelona. Es curioso que en el resto del mundo tengamos el reconocimiento que no se nos ofrece en casa. Con todo, creo que es comprensible pues se trata de un deporte que da medallas, pero no mueve masas. La federación trata de promoverlo, pero puede que el hecho de ser un deporte de contacto lo impida. P. ¿Cómo se inició en este arte marcial? R. La respuesta es tan simple como el que mis padres decidieron inscribirme con seis años en el gimnasio que había al lado de nuestra casa. Era una niña muy movida y pelín traviesa. Por eso decidieron que gastara mis energías fuera de casa. Hoy, aunque también estudio y trabajo, me dedico al taekwondo, a pesar de que es poco menos que imposible vivir de ello.
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