Discriminación en Barajas

Es absolutamente imprescindible comunicarles el absurdo practicado por las autoridades en el aeropuerto de Barajas-Madrid. Patricia Silva es una chica brasileña cariñosa y muy buena que ha ayudado a nuestra familia en los servicios de casa mientras vivíamos en Brasil. En reconocimiento a esa dedicación y al amor con que ha cuidado de mis hijos, le he invitado a pasar unos días con nosotros, de vacaciones merecidas, sin trabajo, sólo turismo; sin gastos para ella y para pagarle unos mil dólares que le debemos. Ocurre que el domingo 27 fuimos al aeropuerto de Ibiza a recibirla y Patricia no ha llegado; por Iberia hemos sabido que había sido detenida en Barajas. Pasamos desde las dos hasta las ocho de la tarde intentando convencer a las autoridades de Barajas acerca de nuestra absoluta responsabilidad y nos hemos ofrecido para enviarles un fax, documentos, remesa de efectivo o cualquier otra opción posible, una vez que Patricia ha llegado con el justo efectivo para alguna compra que desease hacer. Sin comer y sin autorización para llamar por teléfono, ha quedado prisionera en Barajas sin haber cometido crimen alguno. La van a echar del país. Patricia está humillada, decepcionada y herida emocionalmente. - . .