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EL CAMINO HACIA LA PAZ

El presidente montenegrino rechaza el intento de acercamiento de Milosevic

La reunión convocada por el primer ministro del Gobierno federal yugoslavo, Momir Bulatovic, para intentar captar para el Ejecutivo fiel a Slobodan Milosevic a alguno de los más conocidos opositores al régimen fue ayer boicoteada por el presidente de Montenegro, Milo Djukanovic, y por los partidos húngaros de Voivodina. El encuentro concluyó con el compromiso de continuar las conversaciones la próxima semana. Sin embargo, según la versión oficial difundida por la agencia Tanjug, "los partidos parlamentarios aceptaron estar representados en el Gobierno de Yugoslavia de manera proporcional a su peso en el Parlamento yugoslavo". Esos partidos dispuestos, según la versión oficial, a entrar en el Ejecutivo yugoslavo, son el liberal de Vuk Draskovic, exviceprimer ministro, y el ultranacionalista de Vojislav Seselj.

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El primer ministro Bulatovic convocó la reunión para estudiar "las posibilidades de cooperación de todos los partidos parlamentarios" para acometer la "reconstrucción , reforma y restablecimiento de los vínculos con el mundo".

Este movimiento en busca de la unidad de los partidos fue interpretado por analistas políticos como un intento del presidente Milosevic de prevenir la consolidación de la oposición. Como primera respuesta a la convocatoria del Bulatovic, el partido en el poder en Montenegro, que encabeza Milo Djukanovic, y el de los húngaros de la Voivodina, no asistieron a la reunión.

Ultranacionalistas y liberales

Sí estuvieron presentes, además de los socialistas y otros partidos afines, el ultranacionalista Vojislav Seselj y el liberal Milan Komeneic, en nombre del Movimiento Serbio de Renovación del controvertido Draskovic. Seselj, que es miembro del Ejecutivo de Serbia, se mostró también dispuesto a entrar en el de Yugoslavia. Poco antes de entrar en la reunión, Seselj aseguró que "Bulatovic debe remodelar su gabinete y los radicales están a favor de cambios políticos y económicos sustanciales". No especificó como se compadece su concurso en el Ejecutivo yugoslavo con el de Draskovic. Hasta ayer, Draskovic ponía una condición inexcusable para apoyar un Gobierno de concentración: que fuera un Gabinete de transición con el objetivo prioritario de convocar elecciones anticipadas. El portavoz de los socialistas en el poder, Ivica Dacid, rechazó ayer de plano tal pretensión. Aseguró que no se celebrarán elecciones antes de la fecha prevista, en el invierno del 2001, porque las prioridades son ahora "la reconstrucción y las reformas". Y el representante de Draskovic en la reunión, el exministro de Información Milan Komenic, dijo que los principales partidos, incluido el suyo, estarían dispuestos a unirse al Ejecutivo. Curiosamente, Draskovic -quien fue expulsado del Gobierno yugoslavo por apoyar el plan de paz del G-8, que semanas después asumiría Milosevic- sigue siendo viceprimer ministro en funciones pues su puesto no ha sido ocupado desde su destitución.

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