El trío de pop Undrop regresa a la capital vizcaína con nuevo disco e igual misticismo

La sala Rock Star de Bilbao acoge hoy (21.30; entrada gratuita, aunque se requiere una de las invitaciones que reparte la emisora 40 Principales) la actuación de Undrop, un conjunto formado por dos hermanos suecos (Tomas y Steffan Rundquist) y un bajista abulense (Antonio Crespo) que pregonan a los cuatro vientos su condición de vegetarianos, abstemios y miembros de la comunidad Hare Krisna. Ese componente religioso explica en buena medida el trasfondo de sus textos. "Seguimos con nuestra filosofía de ver positividad. Principalmente, con nuestras canciones pretendemos transmitir nuestro concepto de la vida: hay que saber ver lo positivo y no estar siempre diciendo "esto es una mierda". De hecho, todo tiene un lado bueno", asegura Antonio Crespo. Efectivamente, en el aspecto lírico, ése es el contenido del disco que presentan hoy en la capital vizcaína: Boomerang (Columbia). Se trata de un segundo elepé plagado de pop optimista, fresco y dinámico que se abre con el tema que le da título, un single que se intenta ganar el favor del público con un estribillo pegadizo y onomatopéyico. Esa canción es el nuevo instrumento de Undrop para intentar lograr sus metas. Y es que, pese a la espiritualidad que rodea al trío, sus objetivos son más bien terrenales. Tras afirmar en tono jocoso que aspiran a "vender un millón de discos en España", Crespo concreta las esperanzas depositadas en Boomerang en las siguientes frases: "Nos gustaría vender muchos discos aquí y, sobre todo, seguir inspirados y seguir componiendo. Continuar trabajando y salir al extranjero, que para eso cantamos en inglés", reconoce el bajista de un grupo que saltó a la fama, hace dos años, gracias a una campaña publicitaria de Pepsi Cola.